Argentina congelará depósitos bancarios por 90 días
Los argentinos, cuyos ahorros fueron congelados en los bancos para evitar el colapso del sistema financiero, seguirán sin poder recuperar su dinero al menos por los próximos dos a tres meses, aunque habrá excepciones, dijo el domingo el ministro de Economía.
BUENOS AIRES.--- Los argentinos, cuyos ahorros fueron congelados en los bancos para evitar el colapso del sistema financiero, seguirán sin poder recuperar su dinero al menos por los próximos dos a tres meses, aunque habrá excepciones, dijo el domingo el ministro de Economía.Los depósitos bancarios en Argentina están bloqueados desde diciembre debido a una gigantesca fuga de fondos, estimada en 18.000 millones de dólares en el 2001, en una bautizada como "corralito"."No vamos a introducir cambios ni abrir la discusión del corralito para los próximos dos a tres meses, hasta que Argentina gane credibilidad y certidumbre económica", dijo el ministro de Economía Jorge Remes Lenicov en una entrevista publicada por el diario Clarín.Sin embargo, Remes Lenicov anticipó que el Banco Central "va a crear una oficina para atender casos excepcionales que necesitan por causa de fuerza mayor el dinero en efectivo".El "corralito bancario" enardeció a la ciudadanía que salió numerosas veces a la calle a protagonizar violentas protestas para exigirle al gobierno que libere los depósitos.Sin embargo, la debilidad en la que quedó sumido el sistema financiero tras la fuga de depósitos le impide a las autoridades atender el pedido de la sociedad para evitar una debacle en los bancos.En ese orden, la justicia argentina investiga si existieron maniobras ilegales en la masiva salida de fondos de las entidades financieras.Hasta el presidente Eduardo Duhalde dijo que "hay indicios de que mucha plata se fue ilegalmente" del país.Argentina atravesó en el 2001 una severa crisis de liquidez por el temor de los inversores a que el país tuviera que declararse en cesación de pagos sobre su deuda, lo que finalmente ocurrió.En los últimos meses del año pasado el temor se trasladó a los depositantes del sistema financiero, que espantados por los rumores de una confiscación de sus fondos los retiraron de sus cuentas bancarias.



