Sudáfrica se permitió una polémica estéril sobre el SIDA
Con una cifra récord de seropositivos en el mundo, Sudáfrica se permitió el lujo en el año 2000 de polemizar sobre la relación entre el virus VIH y el SIDA, a instancias de su presidente, Thabo Mbeki, y en contra la mayoría de la comunidad científica.
JOHANESBURGO, - Con una cifra récord de seropositivos en el mundo, Sudáfrica se permitió el lujo en el año 2000 de polemizar sobre la relación entre el virus VIH y el SIDA, a instancias de su presidente, Thabo Mbeki, y en contra la mayoría de la comunidad científica.En el plano político, la polémica acabó por aislar al presidente sudafricano, hasta el punto de ser desautorizado por su predecesor Nelson Mandela. Mbeki acabó por dar marcha atrás en sus tesis, a petición discreta pero firme de su propio partido, el Congreso Nacional Africano (ANC).El año 2000 debía marca un hito en la historia de la lucha contra la enfermedad en Sudáfrica, país que contaba con 4,2 millones de seropositivos a finales de 1999, o sea una décima parte de la población. Durban, localidad costera del Oceano Indico, acogía en julio a miles de investigadores con motivo de la Conferencia internacional sobre el SIDA.Pero los investigadores se encontraron con que el presidente llevaba, desde el mes de abril, defendiendo abiertamente las tesis de científicos "disidentes", según los cuales no hay relación entre el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) y el SIDA. Las causas del síndrome serían otras, en particular en los países pobres: miseria, malnutrición y falta de higiene.Thabo Mbeki llegó a escribir al presidente estadounidense Bill Clinton y al secretario general de la ONU Kofi Annan, una larga carta en defensa del biólogo californiano Peter Duesberg, uno de los líderes de los disidentes negacionistas. El presidente sudafricano estimaba que las críticas contra esta escuela de pensamiento equivalían a una "campaña de terrorismo intelectual", parecida a "la tiranía del apartheid racista que combatimos".En otra carta dirigida al presidente del comité organizador de Durban, Thabo Mbeki manifestó que los defensores de la "ortodoxia", actuaban como "representantes comerciales" de las grandes multinacionales farmacéuticas.Antes de la celebración de la conferencia, el presidente constituyó su propia comisión de expertos internacionales sobre el SIDA, una treintena de especialistas de los que más de la mitad eran "disidentes".Frente a ésto, en vísperas de la apertura de Durban, 5.000 científicos firmaron una declaración reafirmando el vínculo causal VIH-SIDA. "El VIH causa el SIDA. Es desafortunado que algunas personas sigan negando la evidencia. Esta postura va a costar un número incalculable de vidas", advirtieron los firmantes.El portavoz presidencial Parks Mankahlana respondió abruptamente que si los firmantes entregaban la declaración a Mbeki, ésta acabaría "en la basura".La confusión se instaló entre una gran parte de los sudafricanos, a causa sobre todo de un debate que llenó páginas de diarios y programas radiofónicos y televisivos.Los trabajadores sociales se quejaron de tener que empezar de cero para convencer a los jóvenes de la necesidad de utilizar preservativos, en un país en el que proliferan los mitos sobre la pandemia.Uno de los más extendidos, sobre todo en las zonas rurales, afirma que los hombres pueden curarse del SIDA si mantienen relaciones sexuales con una virgen.Pese a las demandas de las ONG y los médicos, el gobierno insistió entonces en no proporcionar a las mujeres seropositivas embarazadas los tratamientos antiretrovirales para impedir la transmisión a los niños. Según cifras oficiales, 5.000 bebés nacen con el virús cada mes en Sudáfrica.La acción conjunta de la opinión pública, la prensa, los aliados políticos del presidente (la central sindical COSATU, el Partido Comunista), el ex presidente Mandela, además del mismo ANC, lograron silenciar al presidente sobre la cuestión.A principios de octubre Joel Netshitenze, portavoz gubernamental, anunció el lanzamiento de una amplia campaña basada en la relación entre VIH y SIDA, para disipar la "confusión" causada por las declaraciones del presidente.Thabo Mbeki reconoce entonces que sus "declaraciones pudieron causar una cierta confusión".



