Mafia rusa se instala en América Latina

BUENOS AIRES --- La mafia rusa, como se denomina a las organizaciones criminales que surgieron en la ex Unión Soviética tras el colapso del régimen comunista, opera en América Latina en el tráfico de drogas y armas y hasta en la financiación de atentados terroristas, según una investigación publicada hoy, domingo.
Sobre la base de informes policiales y de organismos de inteligencia de diversos países latinoamericanos, el diario "La Nación" sostiene, en una primera nota de investigación de una serie de dos, que la mafia rusa desembarcó en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Uruguay.
Estas organizaciones criminales operan en Bolivia financiando cultivos de coca, procesando y elaborando cocaína, y lavando dinero proveniente del tráfico y comercialización de esa droga.
El diario asegura que el reconocido sociólogo boliviano Boris Kagarlirsky acusó recientemente en Buenos Aires, a su compatriota y diputado Josef Kobzon de estar "estrechamente" conectado con la "nueva mafia financiera rusa y con los 'carteles' de la droga".
Sobre la presencia en Brasil de esas mafias, "La Nación" reproduce parcialmente una investigación de su colega carioca "O Globo", publicada hace tres meses, según la cual se detectaron delincuentes de origen ruso vinculados al envío de prostitutas a España e Israel.
Así como la aparición de rifles de asalto militar AK-47 y de otras modernas armas en favelas de Río de Janeiro controladas por narcotraficantes.
Recuerda, además, que Louis Freeh, director del FBI (Oficina Federal de Investigación estadounidense), advirtió a las autoridades brasileñas en junio pasado sobre las actividades de mafias rusas, las cuales tendrían también como objetivo el "lavado" de dinero del narcotráfico en las pujantes bolsas de Sao Paulo y Río de Janeiro.
También recoge declaraciones del comandante de la Policía de Colombia, José Serrano, para quien no existen dudas de que la llamada mafia rusa trabaja con las organizaciones locales de narcotraficantes y también abastece de armamento a los principales grupos guerrilleros que operan en ese país.
"No caben dudas de que hay una relación entre la mafia rusa y los grandes 'carteles' de la droga colombianos. El descubrimiento del narcosubmarino ruso no es casualidad", dijo a "La Nación" Enrique Fanta, ex director del Servicio Nacional de Aduanas de Chile.
Sobre Paraguay, el diario indica, con base en informes de los servicios secretos de Argentina, que los grupos criminales rusos mantienen contactos con grupos islámicos radicalizados, por lo cual no se descarta que intervengan en la financiación y la planificación de acciones terroristas.
"Uruguay tiene fama de ser el centro de actividades bancarias de las mafias rusas establecidas en América del Sur", agrega el periódico al reproducir parcialmente un documento de la consultora estadounidense de asuntos de seguridad IFPC, cuyo director, Stephen Walker, estuvo tres años en Montevideo como delegado del FBI.
Según el rotativo, la detención en Buenos Aires hace unas semanas de un ruso y un ucraniano, buscados en sus respectivos países por diversos delitos, constituye apenas la punta de un iceberg de una organización criminal dedicada a la extorsión, estafas y al contrabando de joyas y piedras preciosas.
En agosto de 1995, "varios grupos chechenos, muy peligrosos, establecieron estructuras criminales en Argentina y realizan actividades extorsivas", precisa un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre el crimen organizado y girado a los Gobiernos de Buenos Aires y de Washington.
"En Argentina no tenemos un crimen organizado. Sí hay delincuencia organizada", indicó a "La Nación" el comisario Jorge Senebre, jefe de la delegación local de la Policía Internacional (Interpol), que reconoció que buscan "cuatro o cinco peces gordos" de la llamada mafia rusa que habrían desembarcado en Buenos Aires.