Internacional

Putin invita a los rusos a afrontar la crisis con patriotismo

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, invocó hoy "el orgullo y el patriotismo" de los ciudadanos para afrontar los "muchos problemas pendientes" en el país, pero no prometió milagros ni desveló sus planes de gobierno.

MOSCU --- El presidente de Rusia, Vladímir Putin, invocó hoy "el orgullo y el patriotismo" de los ciudadanos para afrontar los "muchos problemas pendientes" en el país, pero no prometió milagros ni desveló sus planes de gobierno.
Putin, quien desplegó una frenética actividad en las primeras 24 horas de su mandato de cuatro años, inauguró un monumento a los rusos caídos en la II Guerra Mundial erigido en Kursk, a unos 500 kilómetros al sur de Moscú.
El nuevo presidente compartió con ex combatientes veteranos algunos de los actos conmemorativos del Día de la Victoria, una de las grandes fiestas del calendario, que se celebra el 9 de mayo.
Kursk fue escenario entre el 5 de julio y el 23 de agosto de 1943 de la mayor batalla de carros de combate de la historia, con un total de 6.000 blindados y dos millones de combatientes entre soldados nazis y soviéticos.
Fue el segundo viaje de Putin a Kursk en cinco días, tras la conmemoración anticipada del 55 Aniversario de la Victoria el pasado día 3 junto con los presidentes de Ucrania y Bielorrusia.
"El sentimiento de orgullo por nuestra Patria, el sentimiento de patriotismo, no surgen de la nada, sino que están grabados en nuestra memoria. Viven en monumentos como éste de Kursk", dijo.
Putin reconoció que en la Rusia actual, ahogada económicamente y con problemas de corrupción y desmoralización, "hacen falta recursos para viviendas, para la sanidad y la enseñanza".
"Tenemos muchos problemas pendientes, pero qué puede ser más querido para cada uno de nosotros que la madre o el padre, que la familia, la memoria de lo que hicieron nuestras madres y padres", subrayó al justificar la inversión en el monumento.
El presidente afirmó que los veteranos de la guerra "son la generación que no escatimó fuerzas por la grandeza de nuestro país y hay que darles lo que se merecen".
Para Putin, "la Victoria une y reconcilia a todos en Rusia" y, si el país busca consolidarse hoy día, "no hay que ir muy lejos", sino que la respuesta está en "la fuerza moral" del pasado.
Uno de los gestos más llamativos de Putin fue el nexo de unión que hizo, por primera vez desde el colapso de la URSS en 1989, entre sus dos antecesores inmediatos, Mijaíl Gorbachov y Borís Yeltsin, citados como "los mejores ejemplos" de servicio al país cuando pedía a todos, gobernantes y gobernados, que trabajen de firme.
Pero dentro de toda la actividad desarrollada desde su solemne toma de posesión en el Kremlin el domingo, Putin sólo recurrió a sus temas favoritos de "patriotismo", "servicio", "esfuerzo", "problemas" y el "orgullo" de ser ruso, sin adelantar su programa.
Tras su toma de posesión, el presidente utilizó constantemente estos y parecidos vocablos en cuatro discursos consecutivos, que intercaló con una reunión del gabinete y la firma de un racimo de decretos, entre ellos para nombrar primer ministro interino.
Putin, quien aceptó las dimisiones en pleno del gobierno, de la Administración del Kremlin y de todos los responsables de los servicios de seguridad, pidió simultáneamente que siguieran en sus cargos hasta la formación de su equipo "a mediados de mayo".
El único nombramiento fue el ascenso a primer ministro en funciones de su fiel colaborador Mijaíl Kasiánov, hasta ayer viceprimer ministro y ministro de Hacienda.
La designación se interpretó como un indicio de que Kasiánov también será propuesto a la Duma o cámara de diputados para dirigir el primer gobierno Putin, un mecanismo constitucional que se espera para el miércoles.
Fuentes políticas pronosticaron que tras algunas alusiones del propio Putin, el futuro gobierno será de transición, posiblemente hasta el otoño o el invierno próximos.
"Espero conservar el núcleo del actual gobierno y que la gran mayoría de los presentes seguirá con sus funciones", dijo al abrir la reunión ministerial tras indicar que "en la vida del país ha comenzado un periodo en el que necesitamos estabilidad".
Pese a las arengas constantes en los primeros dos días de su cuatrienio en el Kremlin, Putin dejó claro que "no prometeremos milagros en un futuro próximo", aunque sí garantizó que "vamos a trabajar rápida y profesionalmente".
Entre todas las actividades presidenciales, Putin tomó la palabra en el banquete que ofreció a los asistentes a su toma de posesión para brindar "por la prosperidad de nuestro país" y lanzar emotivamente un "viva la gran Rusia".

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