Una familia espera
Hace 22 años las FARC secuestraron a Enrique Márquez, abogado economista, uno de esos colombianos hechos a pulso, con beca, con dedicación y esfuerzo. Lo asesinaron. Lo convirtieron en otro símbolo del dolor de las familias buenas de Colombia.
Su mamá, Amalita, Ismael su papá, su hermano, Fernando y Olga Elena su esposa y su hija Andrea, sobrina de Kike Kike, sus queridos primos Clara y Germán Sarmiento, sus tíos Jorge y Amalia... todos siguen esperando lo mínimo: la verdad de qué pasó con él y dónde están sus restos para tener el consuelo de enterrarlos y llorarlos.
Pero no, por 22 años, incluso con una sonora paz de por medio y con un reconocimiento del asesinato al aire, en 6AM, se les ha negado ese derecho a la dignidad.
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A los Márquez Díaz los recuerdo hoy como símbolo de esas verdades que no nos dicen, de esos compromisos que no se cumplen, de esas reparaciones morales que no llegan, de esos dolores que no cesan.
A los miles de Márquez Díaz, a los muchos kikekikes de Colombia, a todos mi respeto y mi cariño y el de toda la famila de Caracol Radio, que somos los que estamos aquí, alrededor de los micrófonos, y los millones que nos acompañan con sus radios en el país entero. Radios pegados al oído, pero, sobre todo, al corazón.
Perdonar, sí; reconstruir, sí; convivir, sí; pasar la página de la amargura, sí... pero jamás, jamás olvidar a los que amamos. Nos deben respuestas, muchas aún a los colombianos, y la seguiremos pidiendo, con respeto, pero con entereza y contundencia.



