Una cronología del polémico manejo chino por el COVID-19

El 8 de diciembre en la ciudad china de Wuhan, de 11 millones de habitantes, un paciente presenta síntomas similares a la neumonía. El 29 de diciembre, según reporta la revista científica New England Journal of Medicine, un hospital de la ciudad reporta 4 casos de una neumonía desconocida.

24 horas después el doctor Li Wenliang, oftalmólogo del Hospital Central de Wuhan, comenta en un chat de médicos que 7 personas habían contraído algo muy parecido al SARS (Sindrome Respitatorio Agudo Severo), y que un paciente fue puesto en cuarentena. Al doctor Li, en los primeros días de enero, le dice la policía que deje de “hacer comentarios falsos” y generar pánico. El doctor moriría el 7 de febrero por el coronavirus.

El 31 de diciembre el gobierno chino alerta a la Organización Mundial de la Salud de un nuevo virus en la ciudad de Wuhan. La OMS hace unas preguntas y envía recomendaciones para enfrentar el problema. Algunos países, como Estados Unidos, están interesados en saber si el virus se transmite de humano a humano. China lo reconoce en la semana del 20 de enero.

El 30 de enero, la Human Rights Watch publica un texto en el que dice que la respuesta del gobierno chino al brote de coronavirus “se retrasó inicialmente al retener información al público, no diciendo la verdad sobre casos de infección, minimizando la gravedad del virus y descartando la probabilidad de transmisión entre humanos”.  

El 23 de enero, con 17 muertos y 571 infectados, la ciudad de Wuhan se cierra y se establece una restricción de viaje en varias ciudades. Desde entonces, la cifra de contagiados y de muertos ha aumentado hasta llegar, al momento de escribir este texto, a más de 1 millón 400 mil infectados.

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