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Abecedario de la salud: de la A a la Z

Patologías, genética, investigacióndecenas de palabras son parte del mismo concepto. Encuentre acá el abecedario de nuestro bienestar, veintisiete letras y palabras que nos acompañan cuando vamos al médico o cuidamos de nuestra dieta.

Abecedario de la salud: de la A a la Z

Palabras del presente que pueden cambiar en el futuro si tenemos en cuenta una más, la veintiocho: prevención. Este término recorre la salud de la primera letra hasta la última y pone en nuestras manos la posibilidad de, en los próximos años, reducir la “o” de obesidad  o alargar la “l” de longevidad

Salud entre la A y la F      Salud entre la G y la L    Salud entre la M y la U          Salud entre la V y la Z     Tomado de: EFE Salud

  • Alzhéimer. Empezar un abecedario saludable con una patología puede ser un contrasentido. Las cifras, los 600.000 pacientes de toda España dicen que no lo es. Esta primera palabra es para ellos y sus cuidadores. Año a año el alzhéimer rapta algún recuerdo, pero los investigadores no pierden el tiempo y recuerdan que los hábitos saludables reducen su incidencia un 40%.
  • Bienestar. La Real Academia indica que es el “conjunto de cosas necesarias para vivir bien” pero ¿qué necesitamos? El bienestar es el resultado del equilibro de las emociones y la salud física. Un objetivo que cuesta deporte, relajación, nutrición, pero que cuando se consigue, la palabra toma significado y se convierte en una sensación que invade el cuerpo y la mente.
  • Comunicación. A veces el significado del diagnóstico se pierde en la preocupación del paciente o en el vocabulario del profesional sanitario. Para que ello no ocurra se puede concebir la palabra cáncer como “Pedro tiene cáncer”, en definitiva, crear puentes, un clima agradable y hacerse entender.
  • Diabetes. Dos análisis, dos niveles de glucosa superiores a 126 mg/dl y ya tenemos el diagnóstico. Ahora la cuestión es tipo 1 o 2. Aunque el primero se asocia a la infancia y el segundo a la edad adulta, este último supone el 95% de los 366 millones de pacientes en el mundo.
  • Empatía. Somos animales sociales. Necesitamos no sólo entender un diagnóstico sino que nos entiendan al recibirlo. Pero la empatía es un camino bidireccional que necesita del equilibrio emocional. Es esta característica la que permite desarrollar una de las diez capacidades necesarias para vivir, según la OMS.
  • Fumar. Todos los datos de salud indican las contraindicaciones de fumar, aquí va uno más: el 50% de los fumadores desarrollará EPOC. Ni estas cifras, ni el propio diagnóstico disuade a más de una tercera parte en apagar el último cigarrillo.
  • Genética. De adolescentes nos cabreamos con ellos, de mayores nos reconciliamos y al final nos convertimos en sus cuidadores. Somos en parte nuestros padres según la genética. Una herencia que determina quienes somos y algunas de las enfermedades que padecemos.
  • Hospitales. Es donde acudimos a consulta, tratan nuestras patologías presentes e investigan las futuras. Los hospitales son edificios de salud que cuentan con un gran prestigio, liderado según el Monitor de Reputación Sanitaria (MRS) por el Hospital Universitario La Paz y la Clínica Universidad de Navarra en los sectores público y privado.
  • Investigación. Un fármaco que evita el tratamiento permanente en la esclerosis múltiple o una prueba que diagnostica 100 patologías raras en 48 horas. Dos ejemplos del valor de la investigación, porque curar las enfermedades no es una quimera, es trabajo.
  • Juventud. Ser jóvenes implica tanta testosterona como responsabilidad. Quedar por la tarde se debería llamar “ir de dos cervezas” con los amigos, según el limite diario fijado por la OMS. Después, si se tienen relaciones sexuales, los jóvenes ya saben que el 30% de los nuevos casos de VIH afecta a menores de 29 años y gritan contra ello.
  • Kinestesia. Saber quienes somos y sentirlo. Percibir el peso, la posición, el sentido del equilibrio o el movimiento muscular, eso es la sensación kinestésica. No se trata de mística sino de lógica sensorial transmitida desde todos los puntos del cuerpo al centro nervioso.
  • Longevidad. Si se cumple el refrán “más sabe el diablo por viejo que por diablo”, cada vez sabemos más. Concretamente seis años más en todo el mundo desde 1990, lo que sitúa la esperanza de vida en 68 años en hombres y 73 en mujeres. En España veremos pasar 12 veranos más, pues la media es de 80 años en hombres y cinco más en mujeres. Tener más edad no significa vivir peor si seguimos una pequeña fórmula.Llegar a los cien años es una combinación de genética, vida sana, nutrición, ausencia de contaminación, hacer ejercicio, sentirse útil y, después y sobre todo, dormir bien.
  • Medicamentos. De la investigación de cuatro palabras más atrás llega con la “m” su resultado. Nuevos fármacos que aumenta un 40% la supervivencia del cáncer de mama HER2+ o un 20% las probabilidades se sobrevivir a una insuficiencia cardíaca (IC-FER). Pastillas, sobres o inyecciones que nos regalan años y calidad de vida.
  • Nutrición. Quizás comer sea el ejercicio de salud que realizamos más a menudo. Todos los días tenemos la posibilidad de cuidar las calorías que ingerimos y quemamos. La dieta, que no es pasar hambre, reduce el riesgo de cáncer y mejora la salud cardiovascular, entre otros beneficios.
  • Niñez. Desde sus primeros días, EFEsalud ha acompañado mes a mes a Julia. Hemos visto como le salían los dientes, su talla, peso y despertares. La infancia es cuando nuestro cuerpo empieza a crecer, cuando el cerebro comienza su formación y cuando se aprenden los hábitos de vida.
  • Obesidad. Los malos hábitos en la “n” durante la“ñ” nos llevan a la “o”. Una obesidad que afecta cada vez más en la infancia, cuando crea problemas presentes que pueden desembocar en patologías futuras ya que, por ejemplo, el 30% de las muertes por cáncer se podrían evitar con una vida saludable.
  • Según la OMS existen 300 millones de personas obesas en el mundo y más de mil millones con sobrepeso.
  • Pacientes. El trabajo de las asociaciones de pacientes ha resuelto dudas, conseguido tratamientos y mejorado el sistema de salud. Su labor surge de escuchar las historias de nosotros, los pacientes. Oír para mejorar, y mejorar para aumentar nuestra calidad de vida.
  • Quimioterapia. Desde 1940 esta palabra se encuentra asociada al cáncer. Uno o varios fármacos antineoplásicos son los que luchan contra el tumor en grandes batallas que provocan por el camino efectos secundarios. Contra el más conocido, la caída del pelo, nuevos tratamientos investigan el final del pañuelo oncológico.
  •  
  • Resistencia. Somos más fuertes de lo que creemos. Nuestro cuerpo resiste condiciones límite, nuestra mente supera enfermedades y catástrofes. Aceptar lo que sucede, malo o bueno, darle un enfoque positivo y no tener miedo son las claves de nuestro vigor.
  • “Me voy a casar pero seguro que hace mal tiempo ¡Lo importante es que me caso! Al mal tiempo, buena cara”, remarca Rafaela Santos, presidenta de la Fundación Humanae.
  • Sistema sanitario. La crisis ha puesto a prueba su sostenibilidad económica. Pero los pilares de nuestra salud no son financieros sino humanos. La profesionalidad de médicos, enfermeros y farmacéuticos son las tres patas del prestigioso sistema que nos cuida.
  • Tecnología. Siempre da miedo, pero hoy en día entrar en un quirófano es pasar a una especie de nave espacial donde la tecnología reduce los riesgos. “Mínimante invasiva” es un concepto que ha marcado las operaciones con menos dolor, infecciones y…¿pero dónde está la cicatriz?
  • Urgencias. Es la primera respuesta a un fuerte dolor o a una preocupación que no puede esperar. Es un sistema que se puede perfeccionar, que también los pacientes podemos usar mejor, pero cuya profesionalidad siempre esta ahí para dar con la primera respuesta.
  • Vacuna. El frío del alcohol desinfectando la piel, la proximidad de la inyección, a veces, el miedo nunca se pierde. A cambio de esa sensación, en el presente las vacunas ya logran un 60% de eficacia contra el dengue y podrían erradicar el cáncer de útero en tres décadas, según Daniel Andía, jefe de ginecología del Hospital Universitario de Basurto (Bilbao).
  • Vitaminas. Si pudiésemos introducir una segunda palabra en la “v” sería vitamina pero, como a cada letra le corresponde un término, este vocablo inventado es nuestra licencia para hablar de las vitaminas. De la A a la K el cuerpo necesita 13 de ellas. Todas son importantes pero la D destaca por reforzar nuestros huesos, los del feto cuando se está embarazada o reducir la resistencia al tratamiento del cáncer de mama.
  • Rayos X. Hace ya 128 años que Wilhelm Conrad consiguió una fotografía del cuerpo humano ¡por dentro! Ahora estas exclamaciones parecen exageradas pero la radiología se ha convertido en la principal prueba para llegar al diagnóstico. Ecografías, mamografías o resonancias magnéticas son el testimonio de que una imagen vale más que mil palabras.
  • “Esas pruebas han cambiado la práctica médica de forma drástica”, señala Carlos Marín Rodríguez, radiólogo pediátrico del hospital Gregorio Marañón.
  • Yoga. Al aire libre o a 40 grados, como la modalidad Bikram, el yoga es el sistema de evolución más antiguo que nos acerca al respeto a uno mismo. El final de la clase lo marca un equilibrio con resultados objetivos, que la Sociedad Española de Cardiología (SEC) ha observado en los pacientes con fibrilación auricular, ya que reduce un 31% los episodios sintomáticos.
  • Zapatillas. Cálzate, ata los cordones y sal a la calle. Hoy en día la palabra runner está muy extendida pero existen mil formas de combatir el sedentarismo. Correr, empezar a andar o subir por las escaleras, supone un simple gesto que termina en una vida más saludable.

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