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'Qué hicimos para merecer tanto dolor': familiares de secuestrados

Llega otro diciembre, otra navidad, otro año nuevo y se queda un espacio vacío y unos corazones que no descansan desde hace 12 años, esperando la libertad de los secuestrados.

'Qué hicimos para merecer tanto dolor': familiares de secuestrados

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En solo 15 minutos, por lo menos 300 hombres de las Farc, sembraron el terror en el cerro de Patascoy. "Esa bendita fecha" del 21 de diciembre de 1997, no se olvida. Para todos cuando recibieron la noticia, fue una noche trágica, parecía una película de horror y asó quedó marcado en la mente de los habitantes de Nariño

Al principio las noticias fueron fatales como la que recibió Nora Moncayo, la hermana del Cabo Pablo Emilio Moncayo

"Timbró el teléfono, me dijeron, prenda el televisiór que atacaron el cerro y su hermano seguramente esté muerto", recordó Nora Moncayo

Mientras corrían y lloraban por las calles de Pasto, mientras veían la llegada de los cadáveres, llegó una luz de alivio para Fanny Martínez, la prima del sargento José Libio Martínez

"Nosotros sin saber qué hacer nadie nos daba razón sobre la suerte de Libio", declaróPero la felicidad duró poco y comenzó la peor tragedia para las vidas de las Familias Moncayo y Martínez, ya van 12 largos años de preguntarse porqué tanta injusticia

"Yo me pregunto, qué hicimos, dios mío, para que tengamos tanto dolor y no hay nadie quién nos salve, estamos desesperados", advirtió Fanny Martínez

La historia se les partió en dos: antes y después de Patascoy, como le pasó al Profesor Gustavo Moncayo, quien desde entonces a recorrido a pie cientos de kilómetros, se mantiene encadenado, ha buscado ayuda internacional e intentó crucificarse, todo para mover la sensibilidad del mundo en torno a su hijo

"Ustedes no se imaginan lo que siento, saber que mi hijo sometido a toda clase de torturas. Exijo la libertad de mi hijo", aseguró el Profesor

Otro caminante que sin conocer a su padre recorre el país para traerlo a la libertad es el pequeño Johan Steven, de 11 años, quien se ha convertido en un ejemplo de persistencia

"Le quiero decir si el me escucha que estoy luchando por su libertad para que no se sienta solo", expresó el niño

Y así en medio del dolor llega otro diciembre, otra navidad, otro año nuevo y se queda un espacio vacío, una esperanza truncada, unos brazos abiertos y unos corazones que no descansan desde hace 12 años, mientras ellos, allá en la selva, se van volviendo viejos y dejan entre las cadenas una vida que les robaron sin saber por qué

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