Sicarios habrían seguido a fiscal Pecci desde que salió de Paraguay
La pareja pretendía abandonar Cartagena el martes después de medio día
La pareja pretendía abandonar Cartagena el martes después de medio día (Caracol Radio Cartagena)
Cartagena de Indias
El sábado 30 de abril el fiscal especializado contra el crimen organizado de Paraguay Marcelo Pecci de 46 años contraía nupcias con la periodista de Unicanal del país guaraní Claudia Aguilera. Ya tenían todo planeado y decidido donde iban a pasar la luna de miel. El sitio escogido fue Cartagena en Colombia a más de 3.400 kilómetros de Asunción.
Pero el viaje no sería de inmediato, la pareja ingreso a Colombia en un vuelo de Copa el jueves cinco de mayo y según las primeras investigaciones, los sicarios habrían viajado en el mismo vuelo para seguir todos sus movimientos en la Heroica. Ese mismo día los recién casados se hospedaron en un hotel de la calle de la Cruz del barrio San Diego, pasearon por el Centro Histórico, se tomaron fotos con las palenqueras, visitaron las murallas y el Castillo San Felipe.
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El viernes seis de mayo abandonaron la Ciudad Amurallada rumbo a la zona insular para hospedarse en el hotel Decamerón Isla Barú. Desde ese momento quedo plasmado que habrían de pasar uno de los fines más felices de sus vidas y confirmando en sus redes sociales el embarazo de Claudia.
En la mañana de este martes y como despedida decidieron ir nuevamente a la playa porque tenían vuelo después de medio día, pero el destino les iba a jugar a una mala pasada. Eran las 10:45 de la mañana cuando al lugar llegaron dos hombres a bordo una moto acuática y certeramente uno de ellos le disparó al fiscal Pecci en varias oportunidades y tres balas acabaron en su cuerpo, muriendo en el sitio.
Los dos sicarios huyeron hacia Playa Blanca no si antes intercambiar disparos con la seguridad del hotel que poco pudio hacer ante la rapidez de la acción de los criminales. Sobre la arena quedó el cuerpo sin vida del fiscal paraguayo, que alcanzó a ser puesto sobre una camilla, pero ya era demasiado tarde. Con una relativa calma la hoy viuda Claudia Aguilera cubrió el cuerpo de quien era su esposo con dos toallas ante la mirada de curiosos, huéspedes y personal del hotel.
