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El sufrimiento de una migrante en Europa por acoso sexual y abuso laboral

Es una caleña que vive en Londres y por varios meses fue víctima de uno de sus jefes

Foto de referencia

Foto de referencia / Colprensa

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Paola Ojeda, decidió armar maletas, partir desde Cali y darle un giro completo a su vida y al de sus hijas, con la convicción de buscar un mejor futuro partió hacia el continente europeo hace varios años, tuvo la oportunidad de vivir en varios países como España y Holanda, al final echó raíces con su familia en Londres

"Llegamos a Inglaterra buscando un mejor futuro para mis hijas ya que se encontraban próximas para entrar a la universidad y en Londres hay una excelente reputación internacional a nivel de estudios universitarios"

Paola consiguió trabajo en una empresa de aseo y fue allí donde comenzó a vivir su infierno, denuncia que comenzó a ser acosada por uno de sus jefes y quien también era latino, por lo cual esperaba más apoyo.

Como en un inicio solo trabajaba cinco horas, pidió más tiempo laboral y le dieron los fines de semana, en ese momento fue cuando conoció a quien la acosaría.

"allí fue cuando conocí a Alejandro ya que él era supervisor de los sábados y domingos desde el primer instante que llegue en mi presente y mi solicité que me explicara lo que tenía que hacer y lo noté inmediatamente sobrepasado de confianza con muchas felicitaciones y por mi trabajo y tocamientos muy extraños en la cara y agarrándome la cintura, inmediatamente le puse freno a esto, tanto que se llenó de ira, dónde empezó a quejarse que no servía y que no me quería más los fines de semana, solicitando una reunión de que yo no era apta para para estar en este trabajo".


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Al no lograr lo que quería, dice Paola, él solicitó que no la quería ver hasta el punto que ella tenía que tomar su descanso o almuerzo en los baños públicos, escribió cartas acusándola de ser narcotraficante y hasta decir que se dedicaba a la prostitución.

"Me tocaba comer encerrada en los baños públicos, fue muy fuerte el infierno que este hombre me hizo vivir durante 4 años debido a la obsesión tan inmensa que él tenía".

Al sentir Paola Ojeda que lo que pasaba no estaba dentro de la normalidad acudió a la policía londinense, pero no tuvo aceptación su queja y le dijeron que era un problema interno de la empresa y no podían intervenir, según relató.

Por esta razón pide a la Cancillería colombiana que ponga sus ojos en las migrantes y casos en los que enfrentan abusos por su condición migratoria.

"Lo único que le pido a la cancillería y a las organizaciones de Derechos Humanos, es que me apoyen en estos momentos porque necesito que este caso no se quede en la impunidad y pido un poco más de apoyo para las mujeres migrantes que en Europa somos víctimas de acoso sexual y laboral".

Como consecuencia por los trabajos forzados a los que fue sometida tiene actualmente problemas de salud, un dolor crónico en la espalda, tristeza y depresión. Vivió 15 meses de angustia escondiéndose para no encontrarse con él en el espacio laboral.

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