El drama de un padre que lucha por la vida de su hija víctima de violencia
Hace 18 meses, Nury Alexandra Prieto fue violentada y su vida cambió.
Humberto Prieto es un campesino de 67 años, quien tiene una parcela en una vereda de Rovira y contó lo que ha vivido en los últimos meses, desde el momento en el que su hija, Nury Alexandra Prieto, fue víctima de un brutal ataque.
Nury compartió con su padre la Navidad del año 2018 y el 29 de diciembre de ese mismo año, la vida les cambió.
La joven vivía en un inquilinato del barrio Hipódromo de Ibagué, donde conoció a Anderson Contreras Poveda, de 24 años, quien hizo unos arreglos en esa vivienda, donde también habitaban algunos parientes de él.
Aquel 29 de diciembre, Contreras golpeó y abusó sexualmente de Prieto, quien desde entonces ha estado hospitalizada.
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El hombre que acompaña a Nury es su padre, quien, con tristeza, dijo: “El estado de ella es vegetativo y para mí ha sido un sufrimiento y una constante lucha porque tengo 67 años y los recursos económicos no son muchos, porque laboro en el campo, donde a veces no hay trabajo”, contó.
Ya han pasado 18 meses desde aquel día, cuando llamaron a Humberto y le informaron que su hija mayor estaba en una unidad de cuidados intensivos, de donde salió, sin decir una sola palabra.
El ataque de Contreras causó daños graves en el cerebro de Nury, la soñadora y la que quería ayudar a su padre, “era una buena hija y me decía que me quería colaborar con mis cosas”, recordó Prieto con la voz entrecortada.
Por ahora, Humberto espera regresar a la clínica, porque debido a la pandemia del COVID-19 está en una vereda de Rovira, pues el mandatario restringió la salida y entrada a la localidad.
Finalmente, los médicos, al igual que Humberto, esperan un milagro, para que Nury se levante de aquella cama y siga dando batalla.