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El ‘rebusque’ de dos Instrumentadoras quirúrgicas venezolanas en Tunja

Dejaron los quirófanos en Venezuela y hoy venden arepas venezolanas en la capital de Boyacá. Además curan las heridas de sus compatriotas caminantes.

Tunja (Colombia)

Para Aurimar Cardozo y Dializ Barreto, cuya edad oscila entre los 25 y los 32 años, no fue fácil Salir de Venezuela varios meses. Son instrumentadoras quirúrgicas de profesión. Las jóvenes venezolanas aprendieron a sobrevivir en Boyacá: aseguran que cambiaron los quirófanos por la cocina para poder enviar dinero a sus familiares que aún no han podido salir de Venezuela.

Crónica ‘rebusque’ de Instrumentadoras quirúrgicas venezolanas

En Tunja, cerca de la terminal de la ciudad, una abogada venezolana, Anny Uribe y su esposo, fundaron un refugio de venezolanos que sostienen con la caridad de algunos.

El ‘rebusque’ de dos Instrumentadoras quirúrgicas venezolanas en Tunja

Al refugio, según los registros del mismo, han llegado más de 7 mil venezolanos caminantes desde que fue fundado hace aproximadamente 8 meses, y es allí donde Aurimar y Dializ han encontrado la oportunidad para no apartarse de su vocación: curando las heridas en los pies de los caminantes venezolanos, niños, adultos y algunos ancianos, que han cruzado la frontera para buscar mejores oportunidades.

A estas mujeres venezolanas se les encuentra todas las tardes en varios lugares del centro de Tunja. Como vendedoras ambulantes, venden arepas venezolanas con chocolate, tinto y agua de panela.

Hoy, desde Boyacá, recuerdan con nostalgia su país, pero celebran que poco a poco Nicolás Maduro, se esté quedando solo, y no pierden la esperanza de retornar a su tierra natal.