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Ella es Valentina Agudelo, la colombiana que creó un dispositivo para detectar alteraciones mamarias

Julieta, el dispositivo que portátil que busca derribar barreras de acceso en la detección temprana del cáncer de mama.

Desde 2019, 200 dispositivos Julieta han recorrido veredas y municipios rurales en la detección temprana del cáncer de mama. | Foto: Cortesía - Salva Health

Desde 2019, 200 dispositivos Julieta han recorrido veredas y municipios rurales en la detección temprana del cáncer de mama. | Foto: Cortesía - Salva Health

La historia profesional más importante de Valentina Agudelo está ligada a Julieta, un instrumento portátil que creó para facilitar la identificación temprana de alteraciones en el tejido mamario. Su nombre honra a la médica y política argentina Julieta Lanteri, y hoy existen 200 equipos que viajan por zonas rurales donde no hay acceso a mamografías o ecografías. “Siento satisfacción cuando me entero de que, gracias al examen con Julieta, una mujer pudo tratar a tiempo un cáncer de seno que, sin ella, jamás habría podido detectar a tiempo” señala Agudelo.

La idea comenzó como un proyecto universitario en el CESA, pero tomó forma real mientras Agudelo hacía un MBA en Francia. Las diferencias horarias le permitieron estudiar de día y trabajar de noche con personas en Colombia que estaban probando tecnologías similares. Descubrió entonces que no existía un equipo práctico, económico y realmente portátil: muchas propuestas eran demasiado grandes, costosas o difíciles de replicar.

Del primer prototipo a una tecnología replicable

El desarrollo técnico fue posible gracias a los ingenieros mecatrónicos Sebastián Uribe, Mauricio Toro y David Sierra, quienes construyeron el dispositivo desde cero. Sus primeras versiones fueron experimentales: “El primero era como un Lego, pero nos interesaba la tecnología; en el segundo optimizamos el tamaño ajustando sus fichas más, como un rompecabezas; en el tercero buscamos que fuera ergonómico y estéticamente amigable, con cables menos potentes; y en el cuarto logramos que el tiempo de lectura pasara de 12 a 8 minutos y que llevara un sistema para identificar errores que nos asegurara que la prueba tuviera un margen de error mínimo, que hoy es del 18%”asegura la empresaria.

Julieta funciona con bioimpedancia eléctrica, “Medimos la conductividad eléctrica del tejido que, según la composición de agua, músculo y grasa, tiene una elasticidad y una temperatura promedio que hace que la electricidad viaje a través de éste, y eso nos deja saber que hay alguna alteración en el tejido” explica Agudelo.

El proceso tuvo también un componente humano importante. Las primeras personas que probaron la tecnología fueron su mamá, sus hermanas y sus amigas. Pero la inspiración clave vino de Juana, una mujer de Tumaco que nunca había tenido acceso a una mamografía. Ese caso fortaleció la misión del proyecto: llevar tecnología útil a quienes más la necesitan.

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Financiación, alianzas y el crecimiento de Salva Health

Ingresar al mundo de la biotecnología no fue fácil. “Era una mujer, joven, latina, colombiana y administradora de empresas, que en el sector de la biotecnología equivale prácticamente a ser analfabeta, buscando plata para un dispositivo que no detecta el cáncer de seno directamente porque no sustituye la mamografía ni mucho menos la valoración médica” recuerda Agudelo. Su primer mentor fue su padre, quien apoyó la idea con recursos propios siempre que existiera un plan financiero claro para los primeros meses de Salva Health, la startup con la que desarrolló Julieta.

El prototipo cabe en la palma de la mano, no es invasivo ni doloroso, funciona sin internet y cuesta entre 20.000 y 75.000 pesos colombianos, pero esto no hubiera sido posible sin la búsqueda constante de financiación, desde privados hasta subvenciones de ONGs. Gracias a ese camino, Salva Health ha recaudado más de 350.000 euros, incluyendo el Premio Princesa de Girona Internacional en la categoría Crea Empresa, otorgado recientemente y que entregó 20.000 euros adicionales para seguir fortaleciendo la herramienta.

El equipo también creció: de 7 personas pasaron a 32, integrando programadores, internistas, bioingenieros, expertos en health tech, directivos de aseguradoras y una junta que orienta el rumbo estratégico. Todo esto ha permitido que los 200 dispositivos estén disponibles para clientes y aliados como la Liga Colombiana contra el Cáncer y la Fuerza Aérea Colombiana.

Hasta hoy, Julieta ha recorrido cerca de 7 kilómetros en veredas, pueblos y comunidades rurales, atendiendo a 3.000 mujeres, de las cuales 400 lograron detectar una anomalía antes de que fuera tarde. Su uso requiere solo dos horas de capacitación y ya tiene interesados fuera de Colombia. Mientras tanto, Salva Health trabaja en nuevas tecnologías: “A toda Julieta le llega su Romeo”, dice Agudelo, refiriéndose al prototipo que están desarrollando para cáncer de próstata.

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