Salario Mínimo 2026: Los 5 criterios clave para definir su incremento en Colombia
Se avecina el inicio de las negociaciones para 2026. Esto es lo que deben tener en cuenta los diferentes negociadores encargados de definir el salario mínimo.
Salario Mínimo 2026: Los 5 criterios clave para definir su incremento en Colombia
El proceso de concertación del Salario Mínimo Legal Mensual Vigente (SMLMV) para 2026 ya está en la mira de sindicatos, empresarios y el Gobierno Nacional. Este no es un simple debate anual; es un mecanismo de alta complejidad que, actúa como una poderosa herramienta de política económica y distribución del ingreso.
Pero ¿qué factores determinan realmente cuánto sube el salario cada año?.
La Constitución Política de 1991 es la base de todo. Su Artículo 53 consagra el derecho a un salario mínimo vital y móvil, un principio que la Ley 278 de 1996 se encargó de materializar al crear la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales.
En esta mesa, como explica un documento de la Comisión Permanente de Concertación, “el mecanismo de fijación otorga prioridad absoluta a la concertación” entre el Gobierno, los empleadores y los trabajadores. Si no logran un acuerdo a más tardar el 30 de diciembre, el Gobierno debe fijar el aumento, pero su decisión está atada a cinco criterios legales.
Estos son los 5 criterios clave que marcarán la discusión del salario mínimo para 2026
- El IPC observado: El piso para proteger el bolsillo
El Índice de Precios al Consumidor (IPC), que mide la inflación real del año que culmina, es el criterio más importante. Su función es simple pero crucial: asegurar que el salario no pierda valor.
Según una providencia de la Rama Judicial, la jurisprudencia exige que el incremento “garantice la no pérdida del poder adquisitivo del salario”. En palabras sencillas, el aumento debe, como mínimo, emparejar lo que se encareció la vida, para que los colombianos puedan seguir cubriendo el costo de la canasta familiar.
- La meta de inflación: La advertencia para el futuro
Este criterio mira hacia adelante y se basa en la proyección de inflación que hace el Banco de la República para el año entrante. Su objetivo, según la Ley 278 de 1996, es evitar que el propio aumento del salario mínimo se convierta en gasolina para la inflación futura.
Un informe de Investigaciones Económicas del Banco de la República advierte que “el choque de costos inducido por un aumento del salario mínimo domina el impacto sobre la brecha del producto, lo que resulta en un aumento de la inflación general”. Es un freno prudente para no recalentar la economía.
- La productividad acordada: El debate de la eficiencia
Este es el criterio que más discusión genera. La productividad justifica un aumento real del salario, es decir, por encima de la inflación. La ley ordena usar la cifra “acordada por el comité tripartito”, lo que la convierte en un campo de batalla.
Los empleadores suelen preferir la Productividad Total de los Factores (PTF), mientras los sindicatos abogan por la Productividad Laboral. El DANE, explicó en su momento que es el encargado de calcular estas métricas con metodologías transparentes, pero la decisión final es política.
- El crecimiento del PIB: La salud de la economía
El crecimiento económico general, medido por el Producto Interno Bruto (PIB), sirve como un termómetro. Este factor, que el Gobierno debe considerar según los criterios motivados legalmente, indica qué tanta capacidad tiene la economía y las empresas para asumir un mayor costo salarial sin poner en riesgo la generación de empleo o la inversión. En años de vacas gordas, hay más margen; en tiempos de crisis, el espacio se reduce.
- La contribución al ingreso nacional: La lucha por la equidad
Este es el criterio más social. Busca medir qué porción de la riqueza nacional se destina al pago de salarios, con el fin de corregir desequilibrios. Según un análisis de la Revista Javeriana, el salario mínimo en Colombia funciona “de facto como un intento de Ingreso Mínimo Vital para la población formal".
Dado que el salario mínimo colombiano es inusualmente alto comparado con el salario mediano, este factor se usa para abogar por aumentos que mejoren la distribución de la riqueza, incluso si los números fríos de la productividad no lo respaldan plenamente.
¿Cómo se suele lograr un equilibrio?
El reto para 2026 será equilibrar el mandato constitucional de un salario digno con la realidad económica. Como señala un estudio del Banco de la República, existe el riesgo de que aumentos significativos incentiven la informalidad laboral, un fenómeno delicado en un país donde, según el mismo estudio, el salario mínimo ya es muy alto en relación con lo que gana la mayoría.
La concertación del salario mínimo 2026 será, por tanto, mucho más que una negociación numérica; será un reflejo de la búsqueda de Colombia por un crecimiento que sea a la vez estable y equitativo.