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Bolívar tiene 7 mil estudiantes en la virtualidad: hubo crecimiento del 32%

Cartagena es motor principal con una demanda en especializaciones, maestrías y doctorados que marca el rumbo de los próximos años

Educación virtual, foto referencia // Getty Images

Educación virtual, foto referencia // Getty Images / Alistair Berg

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Este modelo de formación dejó de ser un complemento para consolidarse como un pilar de la educación superior en Colombia. De acuerdo con el Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SNIES), en 2023 -cifras oficinas más recientes- el país reportó 518.068 personas inscritas en programas virtuales, lo que equivale al 20,92 % de la matrícula total, que superó los 2,47 millones. En otras palabras, uno de cada cinco universitarios estudia ya desde un aula digital, una transformación de fondo en la manera de acceder al conocimiento.

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En Bolívar, esta tendencia también avanza y tiene como escenario principal a Cartagena. Allí se concentran 266 programas de pregrado y 156 de posgrado, prácticamente toda la oferta del territorio. Esta centralización ha convertido a la capital en el referente académico del Caribe y en la puerta de acceso para jóvenes que buscan opciones más flexibles, asequibles y compatibles con sus dinámicas laborales y familiares.

Los indicadores igualmente confirman la magnitud del fenómeno. En el nivel de pregrado, las inscripciones pasaron de 3.643 en 2022 a 3.868 en 2024, un crecimiento moderado pero constante que refleja la adaptación de los recién egresados de colegio. En posgrado, en cambio, el salto fue mucho mayor: de 1.693 a 3.156 en el mismo periodo, un incremento cercano al 86 % en apenas dos años.

La expansión en este segmento muestra que la virtualidad, no solo amplía las posibilidades de acceso, sino que se convierte en la principal vía de actualización y especialización profesional para quienes ya están en el mercado laboral.

En total, el Bolívar pasó de 5.336 inscritos en 2022 a 7.024 en 2024, lo que representa un 32 % de crecimiento acumulado. Aunque la cobertura todavía está por debajo del promedio nacional, la tendencia es clara: la región se suma con fuerza a la ola digital, con Cartagena como motor principal y con una demanda en especializaciones, maestrías y doctorados que marca el rumbo de los próximos años.

Para Gelca Gutiérrez, rectora de la Fundación Universitaria del Área Andina sede Valledupar, el valor de estas cifras trasciende lo estadístico: “La educación virtual no solo crece en número de usuarios, sino en su capacidad de transformar vidas en territorios históricamente olvidados”.

El repunte de los posgrados, añade Gutiérrez, es una señal inequívoca de los cambios en el mundo del trabajo: “El auge de estos programas responde a necesidades laborales reales. La gente quiere especializarse sin dejar de trabajar y la virtualidad les ofrece esa posibilidad con calidad y flexibilidad”.

Retos que persisten y oportunidades en construcción

El avance de la educación virtual en Bolívar convive con retos que aún limitan su expansión. El primero es la conectividad: aunque Cartagena ha mejorado con fibra óptica, en municipios rurales muchos estudiantes dependen de datos móviles inestables. Según el Observatorio Nacional de TIC, más del 40 % de los hogares rurales del Caribe carece de internet fijo, lo que restringe el acceso real a estas plataformas.

Otro desafío es pedagógico. No basta con digitalizar contenidos, se necesitan docentes capacitados en metodologías en línea y acompañamiento cercano. Como advierte Gutiérrez: “El desafío más grande no es tecnológico, es pedagógico. Nuestros profesores deben convertirse en diseñadores de experiencias digitales que motiven y retengan”.

La permanencia estudiantil también preocupa. En 2023, la deserción acumulada en la educación universitaria fue del 23,15 %, pero en programas virtuales el riesgo puede ser mayor sin tutorías ni alertas tempranas. “El éxito no es abrir más programas, sino graduar. Permanencia y logro académico deben ser la brújula”, agrega.

La sostenibilidad institucional es otro punto clave: mantener plataformas y soporte exige inversiones permanentes. MinTIC informó que en 2024 Colombia cerró con 9,09 millones de accesos fijos a internet, pero el reto es que este crecimiento llegue a municipios que hoy sostienen buena parte de la matrícula virtual.

Junto a estas dificultades, surgen diferentes oportunidades: la descentralización que acerca la universidad a municipios apartados, la flexibilidad que facilita el estudio a trabajadores y mujeres con responsabilidades familiares, la innovación tecnológica que mejora la experiencia incluso con baja conectividad y las alianzas público-privadas como motor para ampliar cobertura.

Hoy, con 422 programas activos y 7.024 estudiantes matriculados en modalidad virtual, Bolívar y Cartagena viven un momento decisivo. La región demuestra que la digitalización no es pasajera, sino un motor de transformación. La meta es consolidar un modelo sostenible que garantice conectividad, calidad y permanencia.

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