Damnificados de El Tarrita anuncian bloqueo en la vía Cúcuta-Ocaña
Las comunidades afirman que no se han cumplido los compromisos adquiridos tras la tragedia.

Norte de Santander.
La paciencia de las comunidades afectadas por la avalancha de El Tarrita llegó a su límite. Casi dos años y tres meses después de que el desbordamiento del río arrasara con viviendas, colegios, cultivos y carreteras, los damnificados aseguran que los compromisos adquiridos por el gobierno nacional siguen en el papel, mientras ellos sobreviven en medio de la incertidumbre.
Por eso, desde este 2 de septiembre, habitantes de Brisas de El Tarra, Quebrada Paramillo, El Remolino y Villa Caro bloquearán la vía Cúcuta-Ocaña de manera indefinida, hasta que las autoridades nacionales cumplan lo prometido.
“Ya no podemos seguir esperando. Nos han engañado una y otra vez. Volvemos a la vía porque es la única forma de que nos escuchen”, advirtió Torcoroma Peñaranda, presidenta de la Junta de Acción Comunal de Brisas de El Tarra y veedora del proceso.
Los reclamos no son nuevos. En 2024, tras varias jornadas de protesta, los afectados lograron sentarse con el gobierno y pactar soluciones concretas: subsidios de arriendo mientras avanzaba el reasentamiento, reconstrucción del colegio del sector y apoyo para quienes perdieron su sustento. Sin embargo, aseguran que nada de eso se cumplió.
Las familias denuncian que los pagos de arriendo están atrasados, que no hay claridad sobre el reasentamiento y que la infraestructura educativa sigue en ruinas.
“La gente ha tenido que regresar a orillas del río, levantando ranchos en el mismo lugar donde se llevó toda la avalancha, porque no hay otra salida. Cada aguacero es un tormento, porque sabemos que en cualquier momento podemos volver a perderlo todo”, relató Peñaranda.
El bloqueo, dicen, no tiene una fecha de finalización. “Será hasta que nos den respuestas verdaderas y no promesas vacías. Queremos hechos, no discursos”, enfatizó la vocera comunitaria.
La vía Cúcuta-Ocaña, corredor vital para el nororiente del país, volverá a ser escenario de la inconformidad de cientos de familias que aún sienten que el Estado les dio la espalda desde aquella madrugada de mayo de 2023, cuando el río se llevó mucho más que sus casas.



