“La liberación devuelve esperanza a familias de secuestrados”: monseñor Henao
El representante de la Conferencia Episcopal Colombiana aseguró que seguirán trabajando por quienes aún permanecen en cautiverio.

Monseñor Héctor Fabio Henao, Conferencia Episcopal Colombiana.
Cúcuta.
La liberación de los soldados Yilmer Andrés Coral y Julián Reinel Sáenz, quienes permanecieron cuatro meses en poder del ELN, fue recibida como un gesto que renueva la esperanza de las familias de otras personas que aún permanecen en cautiverio, así lo aseguró el representante de la Conferencia Episcopal Colombiana, monseñor Héctor Fabio Henao.
El jerarca explicó que la entrega se dio en zona rural de Cúcuta, en presencia de una comisión humanitaria conformada por delegados de la Misión de Verificación de Naciones Unidas en Colombia, la Conferencia Episcopal, representantes de los gobiernos de Venezuela y Cuba, la Embajada de Alemania, un delegado del Ejecutivo y el gestor de paz del ELN.
“Esta comisión tenía como principio garantizar la vida, la libertad y la integridad de los dos miembros de la fuerza pública en unas condiciones de seguridad que les permitieran retornar a sus hogares y rehacer sus vidas”, precisó Henao.
El religioso aseguró que más allá de la liberación, la labor humanitaria continuará para quienes aún permanecen privados de la libertad.
“No los hemos olvidado. Seguimos trabajando intensamente para que puedan gozar igualmente de la libertad, mientras sus familias y la nación entera siguen pidiendo su regreso al seno de sus hogares”, afirmó.
Los uniformados, retenidos desde el pasado 9 de abril, fueron valorados en el sitio por personal de Naciones Unidas, que reportó un estado de salud estable.
Tras el encuentro con la comisión humanitaria, sostuvieron un primer contacto con sus familias en medio de un ambiente de gratitud y emoción.
Monseñor Henao recalcó que la expresión de esperanza de los soldados y sus allegados debe servir como un mensaje para el país: “Se sintieron rodeados, agradecieron a las instituciones, a los países y al gobierno nacional que hicieron posible este proceso, y expresaron su gratitud con Dios. Esa es la fuerza que debe acompañar a las demás familias que aún esperan”.



