Sembradores de futuro en el barrio Minuto de Dios

Cartagena

Cuatro equipos del barrio Minuto de Dios, integrados por niños, niñas y adolescentes, se reunieron para disputar un torneo coloreado de esperanza. En aquella cancha, el fútbol se transformó en puente y lenguaje, en una ceremonia de comunidad.

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Los partidos transcurrieron sin rivales enfrentados, puesto que los equipos fueron cómplices del respeto. En vez de silbidos que separaran, hubo vítores que unieron. El sudor de los jugadores trazó sobre la tierra líneas invisibles de porvenir. Una madre levantó los brazos al cielo como si agradeciera la cosecha. Un padre, con el amor en los ojos, abrazó a su hijo goleador sin mencionar el marcador.

El comandante de estación y el subcomandante acompañaron la jornada. Aplaudieron de pie mientras los trofeos eran entregados con solemnidad. A los tres primeros lugares se les ofrecieron medallas que brillaban con humildad.

Una niña levantó su medalla como un girasol recién nacido. Un adolescente sostuvo su trofeo como antorcha encendida. Entre sus dedos sostenían símbolos. En sus miradas habitaba la certeza de que el juego también educa.

El balón cruzó la cancha sin desvíos, como una palabra que sabe a donde va. Hubo toques que sembraron valores y pases que tejieron confianza. Los goles encendieron las estrellas.

Ese día, la comunidad organizó un hermoso campeonato como celebración de vida. En los aplausos retumbó una verdad sencilla: donde los niños juegan con respeto, florecen barrios humanos.

Y cuando todo terminó y las medallas descansaban sobre los pechos pequeños y los trofeos dormían en vitrinas humildes, el barrio respiraba distinto. Como si la tierra misma hubiese aprendido algo.

Porque donde el balón gira con sentido, allí también gira el mundo hacia la paz. Y en el barrio Minuto de Dios, el futuro se sembró al ritmo de un travieso balón.

“Más que un torneo deportivo, el campeonato representa una apuesta por la vida, la paz y la esperanza. Su objetivo es generar espacios de esparcimiento, fomentar valores como el respeto, la disciplina y el trabajo en equipo, y fortalecer el tejido social en este territorio”. Aseveró, el teniente coronel, John Edward Correal Cabezas, comandante Departamento Policía Bolívar encargado.

Artículo escrito por el subintendente Emilio Gutiérrez Yance, jefe de comunicaciones estratégicas de la Policía de Bolívar