Agustín Rondinelli apuesta por la IA para formar equipos comerciales
La inteligencia artificial continúa ganando espacio en áreas donde, hasta hace poco, predominaba exclusivamente la interacción humana

Agustín Rondinelli apuesta por la IA para formar equipos comerciales
A medida que diferentes sectores comienzan a incorporar estas tecnologías en procesos de trabajo diarios, algunas disciplinas tradicionales también exploran nuevas formas de integración. Es el caso del entrenamiento en ventas, un terreno donde históricamente la mejora dependió de la repetición en situaciones reales o del acompañamiento de un supervisor experimentado.
Desde Argentina, el consultor Agustín Rondinelli trabaja en una herramienta que busca alterar esa lógica. Se trata de Psycho Seller, una plataforma que utiliza inteligencia artificial para entrenar habilidades comerciales a partir de simulaciones personalizadas. La propuesta está pensada para que cualquier vendedor —sea parte de una empresa o un profesional independiente— pueda practicar todos los días, sin depender de agendas compartidas ni capacitaciones presenciales.
La idea surgió en el marco de Psycho Selling, la consultora que dirige Rondinelli desde hace algunos años, y que se especializa en formación de equipos comerciales. A diferencia de otros enfoques que se enfocan en técnicas de persuasión o storytelling, su trabajo se apoya fuertemente en aspectos psicológicos del proceso de venta: desde el manejo de la frustración hasta la capacidad de sostener una conversación cuando aparecen dudas o resistencia por parte del cliente.
En este sentido, Psycho Seller se presenta como una extensión tecnológica de ese enfoque. El sistema propone ejercicios diarios donde el usuario interactúa con un cliente virtual. Ese cliente puede tener distintos perfiles: más colaborativo, más desconfiado, evasivo, impulsivo o directamente reacio. En todos los casos, la IA devuelve una evaluación sobre cómo fue llevada la conversación: si se respetaron los pasos del proceso, si hubo claridad en los argumentos, en qué momento se perdió el hilo o se desvió el foco.
Según explica Rondinelli, el objetivo no es que el sistema otorgue una calificación ni que “apruebe” al usuario. Se busca que cada persona pueda detectar errores en su forma de comunicar antes de que eso tenga un costo en una situación real. La plataforma está pensada para registrar repeticiones, señalar patrones y ayudar a que el usuario tome decisiones más consistentes en entornos comerciales complejos.
Uno de los fundamentos detrás del proyecto es que, al igual que ocurre en el deporte o en disciplinas técnicas, el rendimiento mejora con práctica constante. En ese sentido, Rondinelli sostiene que la venta no debería entenderse como una habilidad espontánea ni como algo ligado a la inspiración del momento. En cambio, propone tratarla como una capacidad entrenable, que puede desarrollarse mediante ejercicios estructurados y evaluación progresiva.
La herramienta también incorpora una capa de análisis emocional. Parte del enfoque de Psycho Selling incluye la idea de que muchos cierres fallan no porque falte información, sino porque el vendedor no logra sostener emocionalmente la conversación en el tramo más difícil. Psycho Seller incluye variables que detectan cómo reacciona el usuario ante interrupciones, negativas o silencios largos, para luego sugerir ajustes.
Por ahora, el proyecto está en fase avanzada de desarrollo, con una versión beta prevista para los próximos meses. El equipo que lidera Rondinelli anticipa que el acceso inicial estará dirigido a tres perfiles concretos: freelancers que venden servicios, consultores o agentes dentro de agencias, y equipos comerciales que necesiten un modelo de práctica descentralizado. El sistema está pensado para adaptarse al ritmo de cada usuario, sin exigir horarios fijos ni dependencia de un mentor humano.
Si bien la consultora ya ha trabajado con empresas que manejan altos volúmenes de facturación, el foco del nuevo desarrollo no está en el escalamiento inmediato, sino en resolver una necesidad práctica: que cualquier vendedor pueda entrenar sin necesidad de fallar en una situación real para aprender. La tecnología permite repetir situaciones de forma segura y sistemática, con ajustes específicos basados en el desempeño individual.
En términos generales, la herramienta no busca reemplazar el trabajo de los formadores ni automatizar procesos comerciales, sino ofrecer una alternativa concreta para incorporar la práctica como parte de la rutina. En lugar de confiar en que la experiencia acumulada lo resolverá todo, el sistema apunta a ofrecer una forma de mejora continua basada en la repetición, el análisis y la adaptación constante.
Sin introducir elementos de juego ni recompensas simbólicas, el valor de Psycho Seller está puesto en la posibilidad de entrenar de manera autónoma. En un contexto donde muchas empresas y profesionales buscan mejorar resultados sin ampliar estructuras, esa capacidad de práctica individual —sin supervisión ni dependencia externa— aparece como un recurso que puede tener impacto real en el desempeño comercial cotidiano.



