Familias de La Esperanza beneficiadas por la entrega colectiva de tierras
Dos asociaciones recibieron 498 hectáreas en zona rural de ese municipio.

Entrega de tierras a familias campesinas en La Esperanza / Foto: Agencia Nacional de Tierras
Cúcuta
Por lo menos 47 familias de dos asociaciones campesinas en el municipio de La Esperanza se vieron beneficiadas con las entrega de 498 hectáreas de tierra para avanzar en sus proyectos productivos.
La Agencia Nacional de Tierras fue la encargada de adelantar esta labor junto a una de las lideresas de este municipio que con mucho esfuerzo y por años han venido trabajando por el bienestar de sus comunidades. Una de ellas es la señora Carmen Rosa Duarte Hernández nacida en Carcasí (Santander), pero criada en la vereda Bajo Vijagual del municipio de La Esperanza (Norte de Santander), donde sus padres le inculcaron el amor por el campo.
Los predios El Regalo, El Pajuil, La Esmeralda, Puerto Nuevo y San Isidro fueron adjudicados a dos asociaciones campesinas: la Asociación de Productores Agropecuarios y Agrícolas del Corregimiento de Puerto Carreño (ASOPRODAGEOPC), de San Alberto, Cesar, y a ASCALAES, del municipio de La Esperanza, en el sur de Norte de Santander.
En La Esperanza, la economía gira en torno a la producción agrícola, en la que se destacan cultivos como el café, cacao, plátano, yuca y maíz, y frutales como el aguacate y la guanábana. Este municipio con profundas raíces campesinas, también cuenta con zonas de vocación ganadera y una población resiliente, que ha enfrentado los impactos del conflicto armado con dignidad y organización comunitaria.
“La entrega representa un avance en el compromiso del Gobierno nacional por brindar soluciones integrales a las comunidades rurales, fortaleciendo el tejido social y económico del territorio. En total, 47 familias campesinas se beneficiarán directamente de esta adjudicación, que permitirá el impulso de proyectos productivos sostenibles y el arraigo en sus territorios”, afirmó Javier Santiago Velásquez, coordinador de la Unidad de Gestión Territorial Norte de Santander, de la Agencia Nacional de Tierras.
Doña Carmen y todos los integrantes de ASCALAES trabajan para desarrollar su proyecto productivo en colectivo, y seguir impulsando sus cultivos de pancoger. Ella está más feliz que nunca: esta mujer de tez blanca y 1,50 de estatura, seguirá luchando como un gigante por el campesinado de su región.
“Yo les doy un consejo a todas las mujeres: que se empoderen, no solamente los hombres pueden, nosotras las mujeres también podemos, yo tengo 70 años y a esta edad logré lo que tanto anhelaba, tener tierra para los campesinos”, concluye.



