Escolta fue apartado del esquema de seguridad de un magistrado por golpear a un vigilante en Bogotá

Bogotá D.C

Caracol Radio conoció en primicia que un integrante del esquema de seguridad del magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Ariel Augusto Torres, protagonizó una riña con un vigilante del edificio dónde vive el magistrado en Bogotá.

De acuerdo con la versión del vigilante, quien le habló a Caracol Radio fuera de micrófonos, todos los habitantes del conjunto residencial deben presentar una tarjeta de acceso para entrar al parqueadero. Aunque el magistrado y su esquema no presentaron esta tarjeta, el vigilante los dejó entrar y les recomendó tenerla para la próxima ocasión, como debe hacer cualquier otro residente del lugar.

Una vez el magistrado es dejado en el edificio, el subteniente Molina Montoya habría insultado y golpeado al vigilante. “Usted está es para abrir puertas, para eso le pagan”, le habría dicho el policía al vigilante.

El trabajador indicó que también insultó y golpeó al policía porque se sintió humillado.

En medio de esta pelea, el policía habría cogido un palo de escoba para golpear al trabajador, a lo que este pone la mano izquierda para evitarlo y recibe el golpe el su dedo anular.

Según el vigilante, logra tomar el palo de escoba y se defiende. En el momento, una integrante del esquema de seguridad trata de separarlos, pero también resultaría golpeada, sin culpa.

Caracol Radio conoció una carta enviada por el magistrado Torres a la administración del conjunto residencial, en la que especifica que se enteró del hecho y que el subintendente fue retirado de su esquema de seguridad.

“Lo anterior no significa que los hechos hayan sido responsabilidad del Subintendente, ello lo determinará las averiguaciones que se adelanten”, afirmó el magistrado, quien pidió adelantar las investigaciones pertinentes para esclarecer los hechos.

Mientras tanto, el vigilante implicado se encuentra incapacitado por 30 días por el golpe que recibió.

Esta situación ha generado gran revuelo en los residentes de este conjunto ya que les toca convivir con policías dentro del edificio.

Uno de los habitantes afirmó que en vez de generar confianza y tranquilidad, ver todo el tiempo hombres armados se percibe una ambiente de “zozobra e intranquilidad”.

“Muchas veces lo que se ve con estos esquemas de seguridad es que se comportan de manera abusiva y quieren que todo gire en torno a ellos, a la seguridad de su protegido, desconociendo que todos formamos parte de la sociedad y todos merecemos ser cuidados y protegidos”, aseguró un residente.