A punta de pintura, rodillo y brocha policía embellece colegio en El Salado
Con este tipo de iniciativas, la Policía Nacional en Bolívar sigue demostrando que su labor se mide en operativos, patrullajes y en gestos de cercanía que transforman realidades

A punta de pintura, rodillo y brocha policía embellece colegio en El Salado
Ese hermoso y cálido pueblo llamado El Salao, lleno del polvo de sus calles sin pavimentar y la brisa que mueve las copas de los árboles, fue testigo de una noble iniciativa de la Policía Nacional que transformó la apariencia de la escuela rural de Villa Amalia, ubicada a 5 kilómetros del casco urbano, y dejó una huella en el corazón de su comunidad.
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Guiados por el compromiso con el bienestar y la educación, el subintendente Hermides Redondo Orozco y su equipo de la subestación emprendieron un recorrido en moto hasta la escuela. Con brochas, rodillo, guadañas y una firme convicción de servicio, los uniformados se dispusieron a embellecer la sede educativa, renovando su fachada y mejorando los alrededores con recursos propios y el apoyo del docente Harol Villalba.
Los vendedores de helados con sus melódicas campanitas, los gritos de los niños que jugaban en el patio de la escuela y el olor del pan caliente transportado en las carretillas formaban parte de un paisaje cotidiano que, para muchos, representaba una vida sencilla, pero vibrante de historias.
El ambiente se impregnó de esperanza y alegría cuando, además de la jornada de embellecimiento, los policías sorprendieron a los estudiantes con kits escolares. Cuadernos, lápices y sacapuntas pasaron de manos solidarias a pequeñas manos ansiosas de aprendizaje. Cada elemento simbolizaba un mensaje de respaldo y confianza en el futuro de estos niños y niñas.
Además, con juegos lúdicos y pedagógicos, los niños aprendieron la importancia de trabajar en equipo, de ser responsables y solidarios, pero también de divertirse y disfrutar de su infancia.
“Es gratificante ver el compromiso de nuestros policías con la comunidad educativa. Más allá de su labor en seguridad, nos demuestran con acciones como esta su sentido de pertenencia y humanismo”, expresó con emoción el docente Harol Villalba.
El eco de esta jornada se reflejó en las paredes recién pintadas, en la alegría de los pequeños y en la reafirmación de un vínculo inquebrantable entre la Policía y la comunidad. En cada pincelada y en cada sonrisa compartida quedó grabada la esencia de una institución que, además de velar por la seguridad, extiende su mano solidaria para sembrar esperanza y futuro en las regiones más apartadas del país.