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Los Piñones: Un pueblo donde la vida danza al ritmo del Magdalena

Por: Emilio Gutiérrez Yance

Los Piñones: Un pueblo donde la vida danza al ritmo del Magdalena

Los Piñones: Un pueblo donde la vida danza al ritmo del Magdalena

En el corazón del Caribe colombiano, donde el río Magdalena extiende sus brazos en caños serpenteantes, emergen Los Piñones, un pueblo que parece suspendido entre la memoria y el tiempo. Aquí, entre el susurro de los vientos y el canto de las garzas, vive Juan Francisco Dávila Echavez, conocido cariñosamente como “Juanito”, un hombre que, a sus 80 años, guarda en su mirada el reflejo de un mundo que se niega a desaparecer.

Juanito nació un 28 de marzo de 1944, cuando el eco de las fiestas patronales en honor a la Virgen Inmaculada Concepción aún resonaba en las polvorientas calles del pueblo. Cuentan que esa noche, la luna brillaba más de lo habitual, como si presagiara que la vida de este hombre estaría entrelazada con los destinos de Los Piñones.

Su infancia estuvo marcada por juegos que nacían de la creatividad pura. Con totumos moldeados por manos infantiles, él y sus amigos creaban vaquitas y caballitos que galopaban entre las casas de bahareque, mientras los mayores contaban historias bajo la luz de un mechón. La vida parecía sencilla, pero estaba cargada de magia cotidiana.

Fue su padre, Feliz Ávila, quien trajo las primeras vislumbres de modernidad al pueblo al construir la primera casa de material con techo de eternit. Aquella casa, erguida como un monumento al progreso, se convirtió en el orgullo de la comunidad y en el testimonio de un cambio inevitable. Feliz, un ex militar de carácter firme, no solo inculcó en sus hijos la disciplina, sino también el amor por la tierra y su gente.

Las historias de su abuelo aún resuenan en la memoria de Juanito. Carmelo solía hablar de la Guerra de los Mil Días como si la sangre derramada por liberales y conservadores todavía impregnara la tierra. Los relatos de aquellos tiempos oscuros alimentaron la imaginación del niño que, entre juegos de trompo y tardes de pesca, comenzaba a comprender que su pueblo era también un libro abierto de luchas y resistencias.

Con el tiempo, los cambios tocaron la puerta del pueblo. La llegada de la maestra Elina Alvarado, gestionada por su padre, marcó un antes y un después. La escuela, que comenzó con modestia, se convirtió en un pilar de la comunidad. Poco a poco, las manos laboriosas de los piñoneros construyeron el cementerio en 1956 y soñaron con un centro de salud que aún lucha por ofrecer el alivio que prometió.

Juanito encontró el amor joven, primero en Benecdita, madre de sus siete hijos, y luego en Elina Rico, su segunda esposa, con quien lleva más de 30 años compartiendo una vida de complicidad y tres hijos: Casilda, Nassir y Juan Francisco. Su vida amorosa, llena de giros y reencuentros, parece haber sido escrita por los mismos dioses del realismo mágico.

Pero si algo le roba el corazón, es el fútbol. En 1964, cuando jugaba para el equipo Real 7 de Agosto, corría por la cancha con la pasión de quien sabe que el balón puede ser una metáfora de la vida: hay que aprender a controlar, avanzar y, cuando es el momento, dar el golpe preciso.

Hoy, el pueblo ha cambiado, pero conserva su esencia. Aunque la electricidad llegó y con ella algunas comodidades, la falta de agua potable sigue siendo una espina en el corazón de los piñoneros. Las fiestas patronales del 25 de marzo son una ventana al pasado, recuerdan que aunque el tiempo avance, algunas tradiciones resisten como las ceibas que abrazan la ribera del río.

Desde su silla, con las piernas cruzadas y el pie moviéndose al ritmo de su conversación, Juanito recuerda cómo el totumo se convertía en juguete, cucharas y vasos, cómo la solidaridad del pueblo era una ley no escrita, y cómo la vida misma fluía como el río que los rodea.

Los Piñones no es solo un lugar; es un latido en el corazón de quienes lo habitan. En cada historia, en cada sonrisa de sus habitantes, vive la certeza de que este rincón mágico de Bolívar sigue escribiendo su propia epopeya.

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