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¿Las lluvias en Bogotá benefician a los embalses en Cundinamarca? Expertos lo explican

Luego de hablar con los expertos, le contamos lo que debe saber sobre esta problemática coyuntural que afecta a Bogotá y sus alrededores.

Embalses Colombia, San Rafael (Getty Images). Inundaciones norte de Bogotá, tomado de cuenta de X de Última Hora Caracol.

Embalses Colombia, San Rafael (Getty Images). Inundaciones norte de Bogotá, tomado de cuenta de X de Última Hora Caracol.

Por varios meses hubo incertidumbre en Bogotá y sus alrededores, pese a los esfuerzos de ahorrar agua. Los niveles de los embalses tenían principalmente tendencias a la baja. En este momento, hay una notable mejoría que se espera que sea constante para alcanzar las metas propuestas.

Luego de siete días de aumento continuo, los niveles de los embalses del sistema Chingaza alcanzan el 46.90%. Por su parte, el embalse de Chuza está al 35.96% y el de San Rafael al 82.51%.

En el agregado Norte, el nivel total sube al 52.94%, con Chisacá al 92,10% y Regadera al 95,89%. Según la CAR Cundinamarca, a medida que los niveles continúan subiendo, disminuye la necesidad de racionar agua en Bogotá.

Las lluvias afectan a Bogotá: ¿Qué pasa con los embalses?

La crisis de los embalses en Bogotá comenzó con niveles críticos, con el 16% en Chingaza al anunciarse el racionamiento. Desde entonces, varios factores climáticos han agravado la situación.

Caracol Radio consultó a Christian Euscátegui, meteorólogo consultor en Tiempo-Clima y Sistemas de Alerta Temprana, quien explicó que en la Amazonía brasileña la humedad ha disminuido significativamente durante meses, y solo en las últimas tres semanas se ha normalizado parcialmente, lo que ha favorecido las lluvias en el centro y sur del país.

“Hemos tenido una intraestacionalidad que es un tipo de variabilidad climática de escala mucho más corta que la de los fenómenos ‘Niño’ y ‘Niña’, en una fase de constante inhibición de las lluvias, situación que se ha presentado por varios meses”, afirmó el experto.

Dentro del imaginario colectivo, se suele pensar que llueve muy duro en Bogotá y poco en los embalses, pero, en realidad, esa humedad que ingresa por el oriente deja también lluvias en los embalses.

“En relación con las lluvias extremas de los últimos días, registradas particularmente en el norte de Bogotá, la animación de radares meteorológicos demuestra que las condiciones de lluvia fueron generalizadas en el norte y nororiente, extendiéndose hasta la zona de los embalses”, explicó Euscátegui.

¿Las lluvias actuales son fundamentales para el incremento de los embalses?

Caracol Radio también habló con Andrea Devis Morales, oceanógrafa y profesora del programa ‘Ciencias del Sistema Tierra’ de la Universidad del Rosario. La experta explicó que la época actual es normalmente lluviosa en la región.

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Está lloviendo en la zona de los embalses, esto ha favorecido para que no se desocupen tan rápido e incluso han aumentado un 0.5% en vez de la tendencia negativa que veníamos teniendo”, afirmó.

Para Devis, es importante destacar que los embalses no se llenan con la lluvia que ha caído en estos meses, sino con la lluvia que viene de las cuencas del Amazonas y el Orinoco, entre mayo y agosto. El problema radica en que estas cuencas han estado más secas de lo normal por extremos de temperatura y ‘El Niño’ que ya pasó.

“El agua que debían traer no fue suficiente para llenar los embalses como ocurría siempre. Gracias a estas lluvias, los niveles no han bajado tan rápido como podría ser, pero no van a servir para llevar los embalses”, agregó Devis.

Entendiendo los patrones de lluvias en la región Andina: enfoque en la prevención

Para contextualizar al sistema de Chingaza, Euscátegui explicó que se cuenta con dos comportamientos diferentes de la lluvia a lo largo del año en San Rafael y en Chuza.

El primero de ellos de tipo bimodal, con dos picos de lluvia, uno en abril-mayo y otro en octubre-noviembre, correspondiente con el ciclo anual de las precipitaciones en la región Andina.

En el caso del segundo, se relaciona con el ciclo monomodal de las precipitaciones del oriente del país, con un solo pico de lluvias que se extiende desde abril hasta noviembre.

Por este motivo, cabe destacar que Bogotá coincide con el ciclo de las lluvias en San Rafael. “Cuando se presentan unas condiciones como las actuales de enfriamiento en las aguas del océano Pacífico tropical, asociadas a un posible desarrollo de un fenómeno de ‘La Niña’ se incrementa la probabilidad de excesos en los departamentos andinos y por ende en Bogotá”, afirmó Euscátegui.

Por este motivo, se mantiene una evaluación constante de las lluvias antecedentes, así como de las proyecciones en el corto y mediano plazo, mejorando en la medida de lo posible el detalle de las predicciones.

Es fundamental la integración de las diferentes bases de datos de estaciones meteorológicas, con lo cual podemos tomar decisiones más fundamentadas en función de la prevención y la mitigación del riesgo”, concluyó el experto.

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