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Veterinarios advierten sobre riesgos de que mascotas tomen agua de lugares públicos

Más allá de ser una buena opción para hidratar a las mascotas durante un largo paseo, traería serias consecuencias dejarlos beber de estas fuentes. Le contamos el porqué.

Perro tomando agua en la calle (GettyImages) / karetoria

Tener una mascota, sea gato, perro u otro animal, es una gran responsabilidad que asume el dueño porque no solo debe garantizar la correcta alimentación e hidratación, sino también proporcionarle bienestar a través de cuidados veterinarios, ejercicio, salidas controladas al parque, entre otros. Con esto claro, son cada vez más las personas que deciden adoptar o comprar una mascota; por ejemplo, de acuerdo con la Encuesta Multipropósito (EM) hecha por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), para 2021 el 40.2 % de los hogares en Bogotá manifestó tener por lo menos un animal de compañía, donde las localidades con mayores índices fueron Antonio Nariño con un 45.5 % y Bosa con el 45.0 %.

Debido al incremento de caninos y felinos en los hogares del país, diversas Alcaldías locales y ciudadanos del común optaron por instalar bebederos públicos en fuente o en un recipiente para que los animales de la calle e incluso los que pasean con sus dueños, tengan la oportunidad de mantenerse hidratados, sobre todo en las temporadas de calor a causa del ‘Fenómeno del Niño’, pero ¿qué tan bueno o malo es? Le contamos.

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¿Cuáles son los riesgos de que una mascota tome agua en la calle?

En los parques y frente a algunas viviendas, es usual ver bebederos de agua en fuente o recipientes para las mascotas con el fin de mantenerlas hidratadas; sin embargo, aunque es una acción bastante positiva, traería consigo enormes riesgos para el perro o gato que la consuma. Según lo explicado por la clínica veterinaria ‘VPro’, esta agua suele estar mayoritariamente estancada al no cambiarse con regularidad; por lo tanto, es posible que se desarrollen diferentes bacterias como la ‘leptospirosis’, una “enfermedad infecciosa presente en la orina de animales y que también suele estar en aguas estancadas de fuentes, estanques o charcos”, explica la entidad.

En ese sentido, la bacteria ingresaría al cuerpo del animal por medio de la mucosa (boca, nariz y ojos) “y se propagaría hasta el torrente sanguíneo, ocasionando graves problemas a nuestra mascota”. Ahora bien, dentro de los síntomas comunes para identificar la enfermedad estaría: fiebre, cansancio o falta de energía, aumento de la frecuencia en la orina y sangre en las deposiciones.

Otro riesgo también latente son las ‘cianobacterias’, reconocidas por tener un color verde azulado que se distinguen fácilmente en el agua porque se forma una especie de “película verde sobre ella”, generando su confusión con algas, sugiere la entidad. En caso de que la mascota las ingiera, es necesario llevarla con urgencia al veterinario porque dichas bacterias producen “toxinas hepáticas, dermotóxicos y neurotóxicos que constituyen un peligro para la salud del animal”. Cabe resaltar que por el momento no existiría un antídoto para esta intoxicación; no obstante, la clínica veterinaria menciona que “si se ataja a tiempo hay posibilidad de eliminar el tóxico mediante fluidoterapia”.