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La Casa Zea: Una llave maestra en la disputa entre la alcaldía y la Betsabé Espinal

El Ministerio de Cultura le ofreció al colectivo de la Biblioteca Popular Betsabé Espinal el uso del inmueble, después del rechazo de la alcaldía en otorgarle el espacio de la antigua estación El Bosque a “miembros de la primera línea”.

La Casa Zea sería la llave maestra para la continuidad de la Biblioteca Popular Betsabé Espinal en Medellín. Foto: BPBE/ Mapa Centro de Medellín.

Medellín, Antioquia

A casi tres meses de la polémica disputa de la antigua estación de ferrocarril El Bosque, entre la Alcaldía de Medellín, el Ministerio de Cultura y la Biblioteca Popular Betsabé Espinal, en donde el mandatario de la capital antioqueña cerró rotundamente la puerta al reconocimiento del colectivo cultural garantizando su continuidad y otorgamiento del espacio; una nueva propuesta de infraestructura, sería la llave maestra para la solución al rifirrafe.

La Casa Zea, ubicada a dos cuadras del Museo de Antioquia, un inmueble de 535 metros y propiedad del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes de Colombia, está siendo puesta a disposición por el ministerio, para el aprovechamiento de la Betsabé Espinal y otros colectivos populares de Medellín; noticia que, además de ser una alternativa para la continuidad de la biblioteca popular, encendería nuevamente la polémica en Medellín.

Y es que, para entender el trasfondo de la controversia, la recapitulación de los hechos, es menester.

¿Qué es la Biblioteca Popular Betsabé Espinal?

La Biblioteca Popular Betsabé Espinal surgió en medio del paro nacional, tiempo en el que paralelo al estallido social, un grupo de jóvenes profesionales en distintas áreas del conocimiento, formaron un colectivo para fomentar la educación, la lectura y la cultura. Su punto de encuentro inicial fue El Parque de los Deseos y posteriormente ocuparon la antigua estación de ferrocarril El Bosque, lugar en donde denuncian que un miembro del ESMAD violó a una menor de edad, momento en el que se producen enfrentamientos con la fuerza pública y la quema de la infraestructura.

Desde ahí, las órdenes de desalojo fueron contundentes y constantes, pero el desarrollo de las actividades culturales nunca se detuvo. Incluso, en la administración anterior con apoyo del Ministerio de las Culturas se comenzó a adelantar el proceso para que se instalaran baños, techo y demás requerimientos que permitieran su funcionamiento, pero se cambió de alcaldía y la instalación de una valla sobre la construcción de un Jardín de Buen Comienzo fue la forma de Federico Gutiérrez para rechazar la propuesta en que “algunas personas de la primera línea obtuvieran este tipo de beneficios”.

Esto fue lo que dijo Federico Gutiérrez, alcalde de Medellín, cuándo le preguntamos su opinión en la noticia: “Entonces nos generaron un cuento de que los que habían quemado y vandalizado y destruyeron un sitio que además era patrimonio que ahora, además de eso, había que entregárselos para la operación después de haberlo renovado en la ciudad. Pues yo dije que no, yo no estaba de acuerdo con eso y yo dije, más bien en ese espacio lo que va a haber es un sitio donde era el nuevo Jardín Buen Comienzo para esta zona y la sala de lectura infantil. Yo no estoy de acuerdo con lo que está pasando en el país, entonces van transformando los valores, los que han hecho las cosas mal son a quien primero les llegan las ayudas. Y yo digo, ¿y qué terminó pasando? ¿Cuál es el mensaje a estas nuevas generaciones? Que ¿hay que hacer las cosas mal para que el gobierno los voltee a ver? Pues no”.

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La Casa Zea

Ahí es cuando entra de nuevo el rol del Ministerio de las Culturas de Colombia, que ha sido aliado en el proceso y propone ante la decisión del alcalde de Medellín, ofrecer la Casa Zea, que se tenía en comodato al distrito y será devuelta el 29 de noviembre de este año, a disposición de la Biblioteca Popular Betsabé Espinal y otros colectivos de jóvenes, para la creación de un centro cultural para la paz y la memoria y que pueda servir además como un lugar de reunión para organizaciones sociales.

Juan David Correa, ministro de Cultura de Colombia, explicó porqué consideró importante la toma de esta decisión: “Si no vencemos las desconfianzas y seguimos actuando con esta especie de rabia de unos contra otros, si solo la política nos gobierna y no ponemos en el corazón de la gente la cultura, la convivencia, la lectura, el conocimiento, el arte, las formas de la expresión, los símbolos, nos vamos a quedar en una sociedad cada vez más polarizada y empobrecida”.

Caracol Radio consultó a la alcaldía de Medellín sobre el proceso. Por parte de Ricardo Jaramillo, secretario de Juventud, se afirmó que desde la Alcaldía de Medellín existen garantías de no persecución y no estigmatización para todo tipo de reuniones y expresiones culturales, sociales y políticas que se den en el marco de la Ley y que también se tiene diálogo abierto la organización.

Desde las comunicaciones de la Secretaría de Cultura nos señalaron que la última comunicación que se tuvo con el ministro de cultura fue en abril y que aún no se les ha notificado el uso que tendrá la Casa Zea. Por su parte, Federico Gutiérrez nos dijo que él no estaba enterado del proceso, pero que seguía sin estar de acuerdo.

Postura que para los miembros de la Biblioteca Popular no sería nueva, pues reiteran que la actitud del alcalde estigmatiza a los jóvenes y crea más brechas culturales. Inclusive, acuñan a su postura negativa que difamar su actividad sin tener los fundamentos necesarios para acusarlos de violentos.

Pero, aún así, desde la biblioteca, expresan no sentirse obligados a esperar un cambio de parecer de la alcaldía para seguir con sus actividades.

Tatiana López, vocera de la BPBE, expuso: “Para él es muy fácil, además porque es una pugna política entre él y el gobierno actual. Yo lo único que puedo decirle es que puede pasar su gobierno, puede pasar el gobierno que estamos actualmente nacional y este espacio va a continuar y este espacio va a seguir, entonces no es una pugna por de qué lado estamos o no, es algo que es inevitable que pase, que la comunidad tome los espacios que le pertenecen y son los espacios, los pocos espacios que tienen para esparcirse, para preguntarse cosas, para conocerse entre ellos y para generar redes de apoyo”.

La controversia iría más de fondo que de forma según lo señalado, pues el rifirrafe sería producto de las diferencias políticas de la administración distrital contra el Gobierno Nacional. Por tanto, el ministro de las Culturas, invita al alcalde de Medellín al diálogo que ayudaría a beneficiar el desarrollo de las comunidades.

“Esas lecciones desde la política, desde el poder, desde las altas dignidades del estado, yo creo que lo que decimos de dientes para afuera no es cierto y es que queremos la paz. Si queremos la paz tenemos que empezar por nosotros mismos y la paz también se logra cediendo posiciones, entendiendo al otro, pensando por el otro, no estigmatizándolo. Creo que nos ha faltado un poco de diálogo y apertura para que estos asuntos no se queden en oficinas y en despachos y se hablen de manera pública como se lo propuse a él también, diciéndole que podríamos tener un debate cultural sobre estos asuntos de manera pública, porque me parece que es importante que estas cosas se hablen de forma pública frente a todo el mundo”, señaló el ministro.

Por ahora, la marea pareciera estar en calma mientras la anhelada fecha llega y de esta manera, el colectivo y la comunidad de Moravia están a la expectativa de poder tener un lugar certero en el que podrían ir al baño, lavarse las manos y taparse del sol o el agua mientras asisten a los pre universitarios, las clases de teatro, de títeres, talleres u ollas comunitarias abiertas al público de la BPBE, que exclama que podrá migrar a muchas otras partes, pero que la manga de al lado del Parque Explora siempre será su “casita”.