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Mujeres y hombres elegantes, ¿nuevos ladrones de Bogotá?

Un estudio de la Universidad Manuela Beltrán indica que el 73 % de las personas confía en la gente por su aspecto físico..

Estudio Universidad Manuela Beltrán, ¿Confiaría usted en una persona por su apariencia?

Estudio Universidad Manuela Beltrán, ¿Confiaría usted en una persona por su apariencia?

En Bogotá una nueva modalidad delictiva está ganando terreno; múltiples casos de mujeres que usan su belleza como arma para seducir y robar, pero también de hombres vestidos con camisa y corbata que pasan desapercibidos mientras aprovechan su aspecto físico o elegancia para cometer fechorías.

Esta tendencia delictiva, que se aleja del uso de armas y la fuerza tradicional, ha llevado a replantear la conexión entre la apariencia de las personas y su tendencia a cometer delitos. Siguiendo la Teoría Positivista de Lombroso, que sugiere que ciertos rasgos físicos pueden estar vinculados a comportamientos criminales, se plantea la idea de que la belleza puede convertirse en un enemigo silencioso.

Incluso, recientemente, en el Aeropuerto El Dorado las autoridades capturaron a alias “Juanita”, apodada ‘la reina del cambiazo’, y quien ganaba la confianza de adultos mayores para luego vaciar sus tarjetas bancarias.

En Cartagena, el grupo conocido como “Las tóxicas” fue desmantelado por dedicarse al hurto de extranjeros mediante el uso de escopolamina, contactando a sus víctimas a través de redes sociales o aplicaciones de citas.

Según un estudio de la Universidad Manuela Beltrán, las estadísticas recientes revelan un aumento preocupante en este tipo de delitos. En 2023, se denunciaron 1.533 casos en el país, siendo 1.143 perpetrados por hombres y 390 por mujeres.

Los robos con escopolamina, como los cometidos por “Las tóxicas”, han alcanzado los 134 casos en el año en el 2024, mostrando una proximidad entre víctima y victimario, a menudo facilitada por encuentros previamente pactados.

Estudio de la Universidad Manuela Beltrán

La UMB llevó a cabo un experimento basado en el Efecto Halo, un sesgo cognitivo que sugiere que la impresión general positiva o negativa de una persona puede influir en la evaluación de sus características específicas. Este fenómeno puede distorsionar la percepción objetiva y conducir a juicios erróneos.

En el experimento, se utilizaron fotografías de hombres y mujeres desconocidos, solicitando a los participantes que identificaran a aquellos que creían que tenían antecedentes penales.

Paula Andrea Amaya, Psicóloga Forense, destaca que esta táctica de ganarse la confianza a través de la apariencia está ganando popularidad entre los grupos delincuenciales. En un mundo donde la belleza puede convertirse en un arma sigilosa, la precaución y la conciencia se vuelven fundamentales para evitar caer en las garras de estos ladrones modernos.

Hombres y mujeres, estudio UMB

La directora del programa, aseguró para Caracol Radio, que: “el 71% indicó y señaló al hombre 2 como un posible criminal o una persona que tenía antecedentes criminales. Cuando se les preguntó acerca de cuáles eran las actividades que desempeñaba el otro estímulo, la foto 1, encontramos que sobre todo lo relacionan con actividades de modelaje, deportes, incluso actividades en un rango militar. Cuando identificamos, por ejemplo, se les expuso los estímulos femeninos, encontramos que el 52% indica que la mujer 2 es la que es potencialmente peligrosa y que probablemente tenga actividades delictivas pasadas”.

Según explican, eso llevó a concluir que los seres humanos tenemos una “incapacidad” para detectar posibles delincuentes a través de las expresiones faciales o a través de las características del rostro.

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