El vía crucis de los trabajadores de la salud
El médico Iván Ricardo Piedrahíta Morales nos escribió, para contarnos los difíciles momentos que viven actualmente quienes se dedican a cuidar la salud de los colombianos.
Trabajo en un municipio de esta Colombia. Soy médico general de la consulta externa. Mi día a día es el de enterarme de las dificultades que padecen la mayoría de mis pacientes, para acceder oportunamente a los servicios de salud que aquí en el pueblo no tenemos.
Poniéndome en los zapatos de ellos, me doy cuenta del desbalance y de la falta de conciencia que padecemos todos los colombianos, ya que, si yo estoy bien, los demás no importan.
Pero resulta que sí importan. Importa que mi semejante este bien, importa que su enfermedad sea llevadera, importa su calidad de vida, importa que se le haga un diagnóstico oportuno, importa un tratamiento efectivo y, ¿por qué no? Importa que se cure, importa que la vida de esa persona sea agradable. Como decía el gran Facundo Cabral, la única obligación que tenemos en este mundo es la de ser felices.
Si estoy en Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga, Barranquilla o ciudades capitales del Eje Cafetero, esta realidad no es palpable. Allí con clínicas de tercero, cuarto y hasta de más niveles, todo se soluciona “oportunamente”. Lo pongo entre comillas porque algunas veces, pero no tantas como en el pueblo, también hay colapso y falta de oportunidad en citas.
A la hora de acceder a los medicamentos viene otro viacrucis: no están en las farmacias… llega en 15 días o más… “deje la fórmula que de aquí lo llamamos”… en este punto no está, vaya al otro… la fila es de más de 2 o 3 horas… vaya a la capital a ver si allá se la entregan… no hay recursos para desplazarse… no se dispensa el medicamento que es…
El diabético se descompensa y termina hospitalizado, la crisis hipertensiva cobra por ventanilla, queda la secuela, la hemiparesia, el cáncer avanza, la rehabilitación queda en veremos… la calidad de vida se deteriora, es el día a día infortunadamente.
Por Dios, en el siglo XXI niños muriendo por desnutrición en la Guajira, no tiene presentación. Es muy importante considerar como está trabajando el personal de la salud, los que cuidamos, los que estamos intentando ayudar a los demás, los que nos sometemos a trabajar en las condiciones actuales.
Son muchas nuestras obligaciones, porque somos responsables y tenemos que cumplir con nuestros compromisos, porque no hay más en donde ejercer nuestra profesión sino bajo estas condiciones macabras actuales.
La forma de contratación predilecta de las EPS con nosotros es por orden de prestación de servicios. Aclaro, no todas. Bajo esa modalidad, no tenemos prestaciones, cesantías, vacaciones remuneradas ni primas, salarios de miseria y debemos pagar nuestra seguridad social.
Si es una prestación de servicios, en teoría no debemos cumplir horario, pero ¿qué medico deja de atender sus pacientes?
Pasamos de ser los héroes y nos aplaudieron, y nos dieron un incentivo, y encendieron luces en Colombia y muchas cosas y ahora volvemos a la cruel realidad. Somos los del tango, “hombres tan honrados que te han hecho enriquecer”.