Hamás libera dos mujeres israelíes tras 18 días secuestradas en la Franja de Gaza
Las mujeres, de 79 y 85 años, aseguraron que luego de ser agredidas para ser secuestradas, las milicias de Hamás las trataron muy bien durante su tiempo cautivas.
![Yocheved Lifshitz, una de las mujeres liberadas por Hamás tras 18 días de secuestro.
(Foto: ERIK MARMOR/AFP via Getty Images)](https://caracol.com.co/resizer/v2/WA52ICQWVRFM7FCTXTZ2D343OM.jpg?auth=3eee0f756c71985c64d296e926af199b459df3f52d83614d4aedcbab07848f4a&width=650&height=488&quality=70&smart=true)
Yocheved Lifshitz, una de las mujeres liberadas por Hamás tras 18 días de secuestro. (Foto: ERIK MARMOR/AFP via Getty Images) / ERIK MARMOR
Al cumplirse 18 días de los ataques de Hamás en el sur de Israel y el secuestro de más de 200 personas (Hamás dice tener 250 secuestrados e Israel asegura que tienen 222 personas retenidas), Hamás liberó dos personas más “por razones humanitarias”.
El grupo islamista había liberado dos estadounidenses y ahora liberó dos mujeres israelíes que fueron identificadas como Nurit Cooper, de 79 años, y Yocheved Lifshitz, de 85 años. Hamás compartió un vídeo de la liberación en el que una de las mujeres, Lifshitz, se despide de uno de sus captores dándole la mano y diciendo ‘Shalom’, que traduce ‘paz’.
Ambas mujeres fueron recibidas por miembros de la Cruz Roja en la ciudad Rafah, en el punto fronterizo entre Gaza y Egipto. Esta liberación también habría sido mediada por esfuerzos de Egipto y de Catar.
Detalles del secuestro
Una vez fue trasladada y atendida en el hospital de Tel Aviv (Israel), Yocheved Lifshitz conversó con medios locales para revelar cómo fue la travesía del ataque, el secuestro, la cautividad, los cuidados y la liberación.
Lifshitz dijo que, si bien “los tipos me golpearon en el camino, no me quebraron las costillas, pero me lastimaron y tuve dificultades para respirar”. Agregó que al llegar a Gaza fueron movilizados por distintos túneles y al llegar “fueron amables con nosotros y cuidaron de nuestras necesidades”.
La mujer destacó que los lugares en los que estaban detenidos junto con su esposo y el resto de los rehenes eran bastante limpios y bien cuidados, de paso había un miembro de Hamás cuidando día y noche a los secuestrados y garantizando su bienestar.
Este bienestar incluye la atención médica, el uso de fármacos, limpieza y alimentación. Sobre las comidas, Lifshitz dijo que no pasaron hambre pero que la dieta cambió dado que fueron alimentados con “pan pitta, queso duro, queso crema y pepino cohombro”.
La israelí de 85 años describió a los captores como personas “muy amigables, muy corteses” que tenían preparado todo para el momento en el que fueran a llegar los secuestrados, incluso había paramédicos listos que atendieron a un hombre que llegó con una herida en el brazo durante el secuestro.
Al ser cuestionada por su decisión de darle la mano a uno de sus captores en el momento de la liberación, Lifshitz dijo que lo hizo porque los miembros de Hamás fueron muy amigables, fueron muy atentos y la trataron muy bien.