Con retrasos, comenzó la instalación de la mesa entre el gobierno y las farc en Tibú
Expectativa por el comienzo del cese bilateral acordado entre las partes
Instalación mesa de diálogos de paz entre Gobierno y Estado Mayor Central de las Farc
Cúcuta
Con más de tres horas de retraso se inició la instalación de la mesa de diálogos entre el gobierno nacional y las disidencias armadas en el municipio de Tibú.
Los retrasos estuvieron motivados por diferencias de los negociadores en los acuerdos del cese al fuego entre las partes y algunos inconvenientes que incluso retrasaron el comienzo de este proceso.
Así lo reconoció el delegado del Estado Mayor de las Farc Andrey Avendaño “transitar por este camino, camino difícil que sin duda valdrá la pena para las futuras generaciones”.
El alcalde del municipio de Tibú Nelson Leal volvió al pueblo después de seis meses de haber sido desplazado por la violencia y de gobernar desde la ciudad de Cúcuta dijo que “los diálogos deben empezar por los territorios donde hay conflicto porque son las comunidades, la sociedad civil por esta guerra y todos queremos que esto ya termine”.
El personero del municipio de Tibú Jhon Ascanio dijo que “hay algún malestar, porque hay algunas tensiones precisamente porque no se le ha dado cumplimiento al cese bilateral y yo considero que esa es la mayor garantía. No se puede negociar en medio de la guerra”.
Los lideres sociales en representación de la sociedad civil aseguran que “es una gran oportunidad que tenemos las asociaciones y la comunidad en general para vincularnos a este proceso”.
Otro aseguro que “hay un elemento fundamental y decisivo en estas discusiones es la participación nuestra en esta mesa”.
Mientras tanto el gobernador de Norte de Santander Silvano Serrano dijo que “los gobernadores tienen mucho que decir, queremos que los gobernadores sean tenidos en cuenta en este proceso”.
Los representantes de las etnias a través de la comunidad Motilón Barí, con uno de sus lideres dijo que “como pueblo Motilón Barí estamos en riesgo por toda la problemática que hay en el Catatumbo. No estamos seguros como pueblo, es un riesgo para nosotros y para el pueblo campesino”.
En medio de una temperatura de 39 grados centígrados con un polideportivo municipal a reventar por la multitud del Catatumbo que se volcó al evento, se respira la esperanza porque este proceso genere la confianza para dar inicio al cese de hostilidades y poder en esa convulsionada zona empezar a respirar en medio de un camino que pueda disminuir la violencia y traer a la región el desarrollo que tanto ha reclamado por el abandono del Estado.
