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Homenaje a Fernando Botero: ¿cómo logra ser universal?

Cuatro expertos en la obra de Fernando Botero analizaron sus fuentes de inspiración, el legado artístico y el impacto de sus donaciones en el mundo artístico

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El pintor colombiano Fernando Botero (Foto: Oscar Gonzalez/NurPhoto via Getty Images)

En Hora20 un homenaje al más grande de los artistas, pintores y escultores que ha dado el país, un homenaje al Botero universal, al Botero que en la pintura y la escultura demostró la grandeza del ser humano a través volumen de los personajes que retrataba. El Botero que retrató la violencia, el poder, la política y la historia del país. Se habló de su grandeza, de sus fuentes de inspiración y del gran legado que le deja al arte universal.

Un artista poco entendido en su inicio, el descubrimiento de las figuras con volumen cuando dibujaba una mandolina reposada sobre una mesa estalló en un estilo único que marcó la historia del arte en Colombia, estilo que le mereció el reconocimiento universal, pues en ciudades como Barcelona, Buenos Aires, Shanghái o Dubái adornan sus plazas y calles con esculturas del maestro Botero, esto sin dejar de lado las innumerables galerías y museos del mundo que tienen entre sus obras, una pintura de Botero. El maestro falleció hace 15 días en Mónaco, desde entonces han sido varios los homenajes que se le han rendido en Colombia. Cuatro días en cámara ardiente en el Capitolio Nacional, una misa en la Catedral Primada y después un paso por su natal Medellín donde nació hace más de 91 años y una de sus principales fuentes de inspiración.

La violencia que ha marcado al país, pero también la violencia de la cárcel de Abu Ghraib tras la invasión de Estados Unidos en Irak. La crítica a la aristocracia, la política el poder, la religión y la Iglesia; su pasión por la naturaleza muerta, su reconocida Naranja con volumen o cuando una bomba en Medellín destruyó parte de una de sus esculturas y prefirió rebautizarla como “El pájaro herido”, como “muestra de la imbecilidad y de la criminalidad en Colombia”, dijo en ese comento. También está su cuadro preferido, “Pedrito a Caballo” o uno de los que más valor ha llegado a tener: Hombre a caballo, vendido en $4,3 millones de dólares hacen parte de una interminable lista de bocetos, dibujos, pinturas y esculturas que el maestro Botero trabajó por décadas.

El aporte del maestro Botero no fue solo a través de sus obras, también estuvo acompañado de donaciones al Museo de Antioquia en Medellín y al Museo Botero en Bogotá: dos escenarios donde reposan más de 320 obras realizadas por Botero, pero también toda su colección personal de más de 35 años, esto con el fin de fomentarla formación en arte de los jóvenes, de conocer los distintos movimientos artísticos en el mundo por distintas épocas.

Lo que dicen los panelistas

Ana María Escallón, crítica de arte, historiadora, especialista en Arte Latinoamericano, autora de ‘Botero: nuevas obras sobre lienzo’, resaltó que Botero encuentra un lenguaje universal, “la manera tan maravillosa como él preparaba cada color, él no salía con el color del tubo, él mezclaba y llegaba a lo que quería; ese es un componente maravilloso”. Contó que era una persona estricta en sus horarios, divertido por fuera del estudio, pero serio en sus horarios de trabajo que iban de 8 a 1 y de 3 a 8, “el tiempo que uno lo podía ver era poco, lo disfrutábamos mucho cuando se podía, compartí con él todas las donaciones, vi ese entusiasmo por Colombia, esa generosidad con el país nunca pensó en el peso que tenía que dar, en la cantidad de inversión que hizo en las donaciones, muy generoso, muy amable, riguroso y trabajador”.

Resaltó que en la escultura se logra la monumentalidad que siempre buscó en su vida, “él llegó a la mandolina y se quedó con esa imagen de que lo pequeño hacía que la forma fuera super voluminosa porque cuando le preguntan que qué le interesaba y por qué pintaba gordos, él decía que pintaba espacios”.

Para Eduardo Serrano, curador, gestor e historiador del arte colombiano, antropólogo y crítico de arte, el éxito de Botero está en crear un lenguaje que se entiende en cualquier lugar del mundo, “en toda parte la gente entiende qué quería decir, lo que no ocurre ahora con el arte contemporáneo que debe tener grandes explicaciones, lo de Botero no es así, lo de Botero siempre fue una pintura no hiriente, por más de lo que la cárcel Abu Ghraib fue hiriente, lo de Colombia no lo es tanto, hay algo bonachón como lo que ha tenido la pintura de Botero, son gordos bonachones; eso ayudó a que la obra fuera universal”. En la técnica, dijo que la contraposición de escalas se genera que las figuras sean gordas, “cuando contraponía escalas, la grande subía; me encantan las naturalezas muertas sobre mesas, los cajones inflan todo lo demás, era muy ingenioso para llegar a ese volumen”.

Fernando Gómez, editor Cultura de El Tiempo y director de la revista Bocas, señaló que Botero es único por el lenguaje propio que logra, la manera como su obra ha impactado, lo que hace la gente de manosear las esculturas, “Botero logró algo muy especial, incluso a la altura de una persona como Dalí o Picasso que fueron universales porque el arte es elitista, no es masivo, Botero consiguió ser masivo y ser conocido en todo el mundo, no solo en Colombia”. Agregó que era una figura hambrienta de arte, pues recordó anécdotas del artista cuando recorrió Italia estudiando a distintos artistas. En la escultura, dijo que la magia está en que pasar de la pintura a otra técnica no es fácil, “parece natural y pues la escultura y la pintura parece lo mismo, pero son idiomas distintos, él aprendió rápido, en París lo hace por primera vez, le pide a un amigo y él lo vio manejar el barro y en 5 minutos sabía cómo se hacía y esa fue su única clase de escultura”.

Por último, dijo que tras las donaciones que hizo Botero, no va a necesitar mayor pedagogía, “es una obra con la que se siente uno atraído y sin catalogo se entiende y se disfruta; la colección privada es de lujo”. También destacó que es difícil que se repita algo como lo de Botero, “son personajes únicos, son hitos”.

Para María del Rosario Escobar, directora Museo de Antioquia, la figura del maestro representó, representa y representará la comprensión de lo que es la identidad, “la presencia en el país e inclusive en el mundo porque la presencia del maestro, sus donaciones, eso ha trascendido en un momento tan oportuno como el que hizo, pasábamos por un momento difícil y cunado hace donaciones y hace esa presencia alegre y desprovista, le da nuevo impulso a la ciudad, al proyecto social de Medellín y ese es de los primeros en citar a un gran movimiento cívico de sociedad civil para recomponer la ciudad”.

Planteó que el maestro Botero tuvo como fuente de inspiración a los muralistas mexicanos y a artistas como Tamayo. Por último, dijo que desde el Museo de Antioquia se va a hacer un centro de documentación para investigar mucho más la vida y obra del maestro Botero, “tenemos gran cantidad de correspondencia, material documental, fotografías, y muchas cosas más que nos llegan a cada rato y de la donación, de la plaza, queremos aportar con ese centro de documentación que lo anunció ProAntioquia y que nos acompañará para hacerlo”.

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