Más duro que el diamante: descubren un nuevo mineral de origen extraterrestre
Estudios científicos lograron determinar que, en efecto, existe un nuevo mineral de gran resistencia, proveniente de los restos de un planeta destruido por el impacto de un asteroide.
La existencia de un mineral más duro que el diamante, denominado lonsdaleíta, ha sido objeto de debate en el mundo científico desde su descubrimiento en el cañón del Diablo, en Arizona, en 1967.
Algunos estudios se han preocupado incluso por desestimar la existencia de este mineral, al cual se le ha considerado una alteración del diamante convencional, sin embargo, en la actualidad se ha logrado determinar que no solamente se trata, en efecto, de un nuevo mineral, sino que, además, este proviene del espacio exterior.
¿Qué es la lonsdaleíta?
El cañón del Diablo, donde se descubrió inicialmente la lonsdaleíta, llamada así en honor a la primera mujer socia de la Royal Society of London, la cristalógrafa Kathleen Lonsdale, es una formación geológica creada por el impacto de un meteorito hace cerca de 50.000 años.
En este lugar, así como en otros escenarios de la tierra, como India y África, suelen ser hallados los meteoritos de ureilita, los cuales son conocidos por albergar una mayor abundancia de diamantes, que cualquier otra roca conocida.
De acuerdo al estudio, publicado en la revista de la Academia Nacional de Ciencias de EE. UU en 2022, este mineral pudo haberse formado a través de un proceso similar a la deposición química de vapor (CVD) que se realiza en procesos industriales, con un fuerte cambio de presión, inmediatamente después de un evento de impacto catastrófico.
¿Un nuevo mineral?
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Desde su mismo descubrimiento, se ha puesto en duda la consideración, o no, de la lonsdaleíta como un nuevo mineral, incluso, un grupo de científicos de la Universidad Estatal de Arizona (ASU), propusieron en 2014, a raíz de una revisión de las muestras del cañón.
Según los resultados, el autor Peter Németh, advirtió, en ese entonces, que la lonsdaleíta era en realidad un “diamante de los más habituales, pero lleno de defectos”, producidos por el crecimiento desequilibrado de sus cristales.
Esta visión cambiaría radicalmente producto de la investigación del 2022, firmada por científicos de la Universidad de Monash, la RMIT, la CSIRO, el Sincrotrón Australiano y la Universidad de Plymouth, quienes utilizaron técnicas avanzadas de microscopía electrónica para obtener láminas intactas de los meteoritos que contenían los minúsculos diamantes, como reseña Euro News.
“Este estudio demuestra categóricamente que la lonsdaleíta existe en la naturaleza”, según declaraciones del profesor Dougal McCulloch, Director de la Instalación de Microscopía y Microanálisis de la RMIT, citado por el medio.
Restos de un planeta enano
Los científicos consideran que los meteoritos de ureilita, que contienen a la lonsdaleíta, pueden ser el último vestigio del manto de un planeta enano que sufrió una colisión catastrófica con un asteroide y terminó destruido, hace cerca de 4.500 millones de años, en nuestro sistema solar.
Según la Unión Astronómica Internacional, que establece las definiciones para la ciencia planetaria, un planeta enano es un cuerpo celeste que orbita el Sol, el cual, a pesar de tener masa suficiente para adoptar una forma casi redonda, no tiene la suficiente fuerza orbital para dominar su ‘vecindario’ y no es una luna.
Un descubrimiento beneficioso
Según un análisis llevado a cabo en el 2009, se confirmó que, en efecto, este material es 58% más duro que el diamante, garantizando nuevas posibilidades para su utilización, tomando en cuenta que podría reemplazar a los diamantes convencionales y el grafito, por ejemplo, en la producción de semiconductores y en la minería.