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Esta es hasta ahora la muerte más absurda que se ha registrado en Colombia

Conozca la historia que involucra a un toro de lidia, un camión volcado y un sujeto que se bajaba de un ascensor en pleno centro de Bogotá

Toro Getty Images

Toro Getty Images / Peter Finch

El 14 de mayo de 2008 se emitió el primer capítulo de una serie de televisión que cambiaría por completo la manera solemne que entendemos la muerte. ‘1000 Ways to Die’ o ‘1000 Maneras de Morir’, en Hispanoamérica, permitió quitar el velo de la severidad de la muerte y contemplarla de manera irónica, jocosa y hasta absurda.

Desde un vendedor que en pleno programa de televisión entró en combustión luego de que una de las velas entrara en contacto con la inflamable pijama que promocionaba; pasando por el bailarín de salón que tuvo un fallo respiratorio por cuenta del apretado corsé que empleaba en sus performances; hasta el preso que murió electrocutado por sentarse en un retrete de metal.

El programa de televisión combatió con humor el único evento inevitable en la vida de todos los seres vivos y que para la cultura occidental sigue siendo una tragedia.

Una embestida mortal

Sin embargo, el país se puede sumar a esta lista, en una posición de honor, con un fatídico y absurdo deceso que se registró el viernes 18 de octubre de 1985 en Bogotá.

La que es considerada una de las muertes más absurdas en la historia del país, se presentó en las concurridas calles de la capital, hace 37 años, como consecuencia de una “serie de eventos desafortunados”.

Como la canción del poeta cubano Silvio Rodríguez, Causas y Azares, el hombre que murió embestido en el centro de Bogotá por uno de los pitones de un toro de lidia, no tenía en sus planes que “la luz de esa clara mañana, era la luz de su último día”.

Cita con el destino

En la mañana de ese viernes, los azares y las causas de las que canta Rodríguez parecieron conjurarse. Un camión que transportaba toros de lidia para la fiesta brava que se iba a celebrar en los próximos días se volcó en pleno centro de la ciudad.

El viejo camión que se dirigía para la plaza de Toros de la Santa María se había accidentado por cuenta de una piedra que había dejado caer un vehículo que iba metros más adelante.

Las bestias negras de media tonelada emprendieron su huida en medio del tráfico de una ciudad en la que salía de los parlantes de locales y bares, Golpe con golpe de Pastor López.

Un pitón en el centro

Los animales, que en su desespero y miedo alcanzaron a correr hasta inmediaciones de la carrera 30, generaban pánico entre los transeúntes que presenciaba la escena irreal.

Sin embargo, uno de los ejemplares se salió del cauce, y remontó por la calle 19 en contra vía hasta la carrera 8, como predestinado. La bestia que bramaba hacia el centro se dirigió contra las puertas de un viejo edificio.

En ese momento, un hombre que salía del ascensor de una vieja edificación, se encontró con los pitones del animal que lo embistió con su media tonelada. El sujeto, que yacía sobre la acera de la calle 19 con carrera 8va, murió sin entender nada, sin saber que la luz de esa clara mañana era la luz de su último día.

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