Reforma a la educación, ¿un proyecto que reescribe la historia?
Panelistas consideran que los borradores de la reforma tienen vacíos, consideran que hace falta enfoque en la calidad y creen que propuesta de financiamiento es ineficiente.
Reforma a la educación, ¿un proyecto que reescribe la historia?
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Imagen de referencia de salón de clases. Foto: Getty Images
En Hora20 el segundo programa sobre reforma a la educación, esta vez con el análisis sobre los borradores que se presentaron el pasado 20 de julio al país, se debatió sobre los principales puntos como el modelo que busca impulsar el gobierno, las necesidades que suple, lo que queda faltando y el abordaje a temas como la calidad, financiación y gobierno universitario. Después una mirada a la otra reforma: la que convierte a la educación en un derecho fundamental.
Con el propósito de “reescribir la historia de la educación en Colombia”, la ministra Aurora Vergara presentó el pasado 20 de julio el borrador de las dos reformas que contienen cambios al sector de la educación. Por un lado, está la ley estatutaria que convertiría la educación en un derecho fundamental. El otro borrador es el de la reforma a la ley 30 de 1992 que tiene dos objetivos: cambiar el modelo de financiamiento de las instituciones de educación superior públicas y organizar el sistema educativo para ampliar la capacidad en 500 mil cupos. En términos de financiamiento el gobierno plantea que el aumento en el presupuesto no esté atado al IPC, sino al índice de Costos de la Educación Superior que realiza el Dane, con lo cual la reforma tendría un costo de $6,8 billones de pesos al 2026.
Por otro lado, la reforma contempla cambios al gobierno universitario estableciendo cambios en los consejos tanto nacional como universitario, así como modificaciones en términos de bienestar para quienes están en las instituciones de educación superior, pues la destinación debería pasar del 2 al 5%. De otro lado, el borrador no es claro en qué ocurrirá con el aseguramiento en calidad, actualización curricular, las formas de medir calidad o qué ocurrirá con los métodos de calificación y acreditación a las instituciones de educación superior y sus programas.
Lo que dicen los panelistas
Claudia Restrepo, rectora de la Universidad Eafit, aseguró que la norma no da claridad sobre el aseguramiento en calidad, “estamos ante una ley que genera financiación y asuntos a discutir, pero resta buen rato para su comprensión”, pues dice que es importante establecer qué pasa sobre el aseguramiento y calidad o el desmonte del Icetex, “no veo eso qué representa para el sistema y no se sabe qué sigue en esa dirección”.
Resaltó que el gran reto está no en ponerse de acuerdo sobre la educación del futuro, sino en un sistema que se demora tres años aprobando un programa, con lo cual, se le genera problemas de entrada y de salidas a las universidades, “nos inquieta la norma en la que dice que el Ministerio se reserva las condiciones de diseño de aseguramiento y aparece un órgano consultivo más complejo y nadie dice que no es bueno que no sea más participativo, pero eso complejiza el gobierno de calidad”
Eduardo Behrentz, presidente del Instituto Colombiano de Aprendizaje y columnista en Portafolio, planteó que es una equivocación pretender que la cobertura debe ser total y que todo debe ser educación superior, “esa política es equivocada, eso deja por fuera la formación vocacional que, en otros países económicamente exitosos, una parte del desarrollo es la formación técnica y vocacional”, en ese sentido, señala que si nosotros solamente nos preocupamos por cobertura y dejamos de lado calidad y la pertinencia en formación, se recorrería el camino equivocado. Con lo cual, agrega que debe haber una armonización en capacitación y las competencias del sector productivo y, “eso no es solo con cobertura”.
José Manuel Restrepo: rector de la Escuela de Ingenieros de Antioquia (EIA), exministro de Hacienda y Comercio, celebró que el gobierno abra la posibilidad de discutir la reforma, “creo que tenemos la oportunidad de que sea la posibilidad de reescribir la historia, pero como está hoy, no lo va a ser porque la reforma realmente deja desilusión, es poco ambiciosa, no reconoce las necesidades y es como latonería y pintura a ley 30 de 1992″.
Agregó que es bueno que se modifiquen cosas en términos de financiación, pero que no se tocan temas como el sistema general de participaciones o cómo va a ser el fondeo dentro de la reforma, “crea figuras que son asambleas que son cosa realmente compleja de administrar y generan cogobierno”. Por lo tanto, dice que es necesario profundizar en calidad, internacionalización, digitalización, tecnología, innovación y, “temas que estas propuestas no abordan porque se quedan en pasado y no futuro”
Francisco Cajiao, licenciado en filosofía, columnista en El Tiempo, exrector de la Universidad Pedagógica y exsecretario de Educación de Bogotá, comentó que a través de la reforma se ha querido meter muchas ideas pensando que basta cambiar palabras y que con eso ya cambian realidades, “se genera cosas nuevas y se crean problemas como el sentido del derecho fundamental como base de la ley 30 en reforma genera dificultades enormes”, mientras que de ideas como la de crear el grado 12, comentó que es un absurdo que ya se intentó en Bogotá con pocos resultados.
De otro lado, dijo que el hecho de incluir en la educación superior a todas las modalidades de secundaria hace que cualquier cosa sea educación superior, “entonces eso no facilita ni aclara bien cómo se ve en la práctica después de organizar el sistema en términos de tipología, porque la ley de hoy es más restrictiva y vale la pena ampliarlo”.
Sobre la financiación dijo que el cambio de IPC al modelo de costos del Dane no resuelve todo el problema de presupuesto, pues explica que la universidad pública tiene una gestión complicada que lleva a que no haya techos en rubros como los salarios.