La travesía de 14 caimanes llaneros para conocer su nuevo hábitat en Vichada
Un vuelo de la Fuerza Aérea transportó a los animales que pesaban más de dos toneladas y media.
Bogotá D.C.
Después de más de una década en cautiverio en Villavicencio, bajo los cuidados de ambientalistas y expertos de la Universidad Nacional para garantizar su sobrevivencia, 14 caimanes llaneros, una especie con alto riesgo de extinción, fueron liberados en el Parque Nacional Natural El Tuparro en el Vichada.
La travesía comenzó en la capital del Meta donde los animales fueron movilizados desde la Estación Tropical ‘Roberto Franco’ de la Universidad Nacional, un complejo en el que se conserva el 70% de esta especie, hasta el Comando Aéreo de Combate No. 2 de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC).
El segundo comandante de esa unidad militar, coronel Andrés Rosero Caicedo, confirmó que el transporte al departamento del Vichada fue en un avión C-130 ‘Hércules’ proveniente de Bogotá, que tenía la capacidad de llevar a los caimanes que pesaban dos toneladas y media y oscilaban entre los 12 y 15 años con hasta tres metros de largo.
“La aeronave tiene una capacidad de carga 15 toneladas. Voló a una altura de 28 mil pies y recorrió 570 kilómetros en una hora. Es un avión presurizado que mantuvo unos porcentajes de humedad necesarios para estos animales”, indicó.
Los caimanes llegaron en perfectas condiciones al Grupo Aéreo del Oriente en Marandúa y finalmente fueron trasladados vía terrestre hasta el río Tomo. El viaje, que inició a las 07:30 a.m, duró aproximadamente una hora y culminó a unos pocos metros de Playa Blanca.
Fue aquí donde los expertos de la Universidad Nacional, Parques Nacionales Naturales y Wildlife Conservation Society (WCS) destaparon los guacales y fueron dejando en libertad uno a uno los cocodrilos, quienes buscaron las aguas y permaneciendo en grupo a la orilla.
“Hoy es el inicio de la creación de una población nueva con los individuos que nosotros hemos criado y levantado”, dijo Mario Vargas Ramírez, director de la Estación Tropical ‘Roberto Franco’ de la Universidad Nacional, sobre el proyecto de investigación que inició en la década de los años 70.
“Estos caimanes tienen una diversidad genética especial. Son individuos fenotípicamente adecuados, de quienes esperamos que las hembras empiecen a producir huevos. Son tres grupos de cuatro hembras y tres machos cada uno”, señaló.
Vargas enfatizó que los animales son maduros sexualmente, por lo que sería el inicio de una población natural con individuos que permanecieron en cautiverio. “Todos están acondicionados con un dispositivo de telemetría satelital que nos permitirá hacer un seguimiento en tiempo real por dos años de cada uno”, concluyó el experto.