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La técnica psicológica para poner freno a una persona envidiosa

El sentimiento de envidia se puede presentar en cualquier en cualquier ámbito de la vida, conozca cómo neutralizarlo.

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Referencia / Getty Images

La envidia es un sentimiento que puede estar presente en todos los ámbitos de la vida, que se manifiesta de manera inconsciente, oculta y que puede lastimar no solo a las personas que lo sienten, sino a quienes son envidiados.

Se trata de un sentimiento que, habitualmente, se produce en aquellas personas que por la ambición de tener o poseer lo que tiene otra persona experimentan sentimientos de ira o incluso rabia.

Una de las formas de identificar la envidia, es observar cuando una persona minimiza los logros de los demás, pues mientras que hay personas que disfrutan de sus propios logros en silencio y sin necesidad de presumir de ellos, las personas envidiosas intentan a menudo sentirse mejor haciendo uso de sus propios elogios y logros por pequeños que sean.

Otra forma de identificar a un envidioso, es porque estas personas tienden a criticar en todo a las personas que envidian, ridiculizando los éxitos de la persona e incluso intentando señalar o engrandecer todos y cada uno de los errores del otro.

Así mismo, se nota en el rostro de los envidiosos, a través de los gestos que realiza, así como en en su discurso, que suele estar teñido de descalificación y crítica. Adicionalmente, en la amargura y la bronca que manifiesta la persona, porque al otro le está yendo bien y a él, o a ella, no.

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Para neutralizar a las personas envidiosas, algunos psicólogos recomiendan utilizar el siguiente método:

Descalificación estratégica.

Consiste en bajarle mérito consientemente a los logros personales ante las personas a las que no se les tiene tanta confianza.

Por ejemplo, si la persona que envidia comenta: “¡Qué impresionante el auto que te compraste!”, se le puede responder: “Sí, pero a veces, funciona bien y a veces, no tanto”. O, si dice: “¡Qué bueno que te dieron un ascenso en el trabajo!”, le puede contestar: “Sí, pero hay que ver cuánto me va a durar”.

Esta técnica hace que el envidioso deje de competir y compararse con los demás. Y, sobre todo, que ya no idealice eso que envidia y que desea destruir, porque siente en su interior que no puede alcanzar.

Y, si en algún momento se da cuenta de que usted es el que está experimentando esta emoción, que suele nacer de un sentimiento de inferioridad, de una baja autoestima no reconocida, la recomendación es tratar de cambiarla por sentimiento de admiración y recordar las cosas propias que le pueden dar felicidad.

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