¿Cuáles son las secuelas que deja haberse infectado de COVID-19?
Existe una amplia gama de afecciones persistentes que experimentan algunas personas semanas después de haber estado enfermas.
La cuarta ola de contagios de COVID-19 no cesa y si bien es cierto algunas personas creen que por presentar síntomas leves la enfermedad desaparece por completo, pero existe información sobre algunas afecciones que persisten por cuatro semanas o más después de haberse infectado por primera vez por el virus. Incluso se habla de que algunos ciudadanos que no tuvieron síntomas en los días o semanas posteriores de haberse infectado, pueden experimentar secuelas persistentes.
Según una publicación de El País de España, algunas personas experimentan una serie de síntomas nuevos después de haberse contagiado, entre ellos está la tos persistente, pulsaciones rápidas del corazón, dolor en el pecho o en el estómago, diarrea, dolor muscular, problemas para dormir, mareos, alteraciones en el ciclo menstrual o falta de aire.
Incluso, las personas que se enfermaron gravemente por la enfermedad pueden llegar a presentar efectos multiorgánicos o afecciones autoinmunes durante un tiempo más prolongado. Dichos efectos multiorgánicos pueden afectar la mayoría de los sistemas del cuerpo como las funciones del corazón, riñones, la piel, los pulmones y el cerebro.
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Secuelas en niños y niñas
Aunque las afecciones suelen presentarse con menor frecuencia en menores que fueron contagiados, existen estudios que han notificado sobre síntomas a largo plazo en niños y niñas, que incluye el síndrome inflamatorio multisistémico que acarrea cansancio o fatiga, dolor de cabeza, insomnio y dolor en los músculos y articulaciones.