A un mes del Paro, los bloqueos alejan las negociaciones Gobierno-Comité
Desde el 24 de mayo se había alcanzado un preacuerdo que abría la puerta a instalar la mesa de negociaciones. Ahora el Gobierno pide cambios al texto.
Tuvieron que pasar 12 días desde el inicio del Paro Nacional el pasado 28 de abril, hasta el 10 de mayo, para que el Gobierno nacional y el Comité del Paro tuvieran su primer encuentro, en la Casa de Nariño, con miras a escuchar los motivos de las manifestaciones y buscar posibles soluciones para levantar la protesta.
"El espíritu de este encuentro no era hacer una reunión conjunta y presentar al país un acuerdo, pero sí era y lo sigue siendo, construir un espacio respetuoso y productivo. Sabemos qué hay una diferencia en la terminología. Algunos miembros del Comité del Paro hablan de negociación, pero nosotros queremos ir más allá, con toda claridad. No se negocia por negociar”, afirmó tras ese primer acercamiento, el excomisionado Miguel Ceballos.
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Sin embargo, por su parte, el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), Francisco Maltés, aseguró que "el diez de mayo el Gobierno dijo que no le interesaba negociar, que acá estaba todo bien en materia de Derechos Humanos en este país. Fue a las pocas horas que tuvieron que rectificar diciendo que sí querían negociar y estaban interesados en hablar sobre las garantías de protesta".
El 13 de mayo el Gobierno, a través del Comisionado para Paz, envió una carta al presidente de la CUT, Maltés, en la que le manifestaban la voluntad de iniciar "de manera inmediata" una mesa de negociación con el acompañamiento de la Conferencia Episcopal y la Misión de Verificación de Naciones Unidas.
El punto sobre las garantías que mencionaba Maltés fue el que llevó a que los equipos negociadores de ambas partes se reunieran durante cinco jornadas, casi consecutivas, para construir un texto que garantizara el ejercicio de la protesta pacífica. El Comité del Paro llegaba con alrededor de 20 'prerrequisitos' en ese aspecto que, en caso de aprobarse, permitirían proceder con las negociaciones.
Las jornadas fueron extensas, con una duración en promedio de más de 16 horas. La postura de ambas partes era de llegar a consensos, aunque en los puntos de desacuerdo también fue notable la tensión. Un aspecto que los tomó por sorpresa fue la renuncia del comisionado Ceballos, quien se desempeñaba como vocero del equipo negociador.
"Por razones de carácter personal, siguiendo los llamados de mi conciencia y en cumplimiento de las responsabilidades que mi alma ha elegido, renuncio irrevocablemente a mi cargo como Alto Comisionado para la Paz, a partir del 26 de mayo", expresaba Ceballos en la misiva. Al respecto, sorprendidos por el anuncio, los integrantes del Comité del Paro pedían que las negociaciones no se vieran afectadas por "los cambios en el equipo negociador".
Esa renuncia tuvo lugar en horas de la tarde del sábado 22 de mayo. Para ese momento, las partes veían lejana la posibilidad de alcanzar el acuerdo sobre las protestas. Esos sí, el ministro de Trabajo, Ángel Custodio Cabrera, aclaraba que el documento también buscaba "que se fortalezcan la garantía de los derechos a la vida, salud, trabajo y seguridad alimentaria de todos los colombianos; tanto de los que marchan, como de los que no".
Monseñor Héctor Fabio Henao, delegado de la Conferencia Episcopal para estos encuentros, destacó en medio de esas jornadas donde la incertidumbre hizo presencia, que "cada paso que se da, cada esfuerzo, cada día sentimos que se va avanzando, poco a poco. Tenemos mucha confianza de que vamos a llegar a un acuerdo".
En efecto, el lunes 24 de mayo, sobre las 11 de la noche, el equipo negociador del Gobierno y los representantes del Comité del Paro alcanzaron finalmente un preacuerdo sobre la protesta, que debía ser refrendado por las partes y protocolizado por el presidente Iván Duque, para su entrada en vigencia y para que se pudiera proceder con la instalación de la mesa de negociaciones. La firma se había programado para el día siguiente: martes 25.
El Gobierno nacional, no obstante, anunció el aplazamiento por dos días de la consagración de este documento, argumentando que requería más tiempo para su estudio. El anuncio no cayó bien dentro del comité, pues consideraban que era una estrategia dilatoria, lo cual hizo que se fortalecieran las movilizaciones convocadas para el 26 de mayo.
La firma se debía realizar el 27 de mayo, un día antes de cumplirse un mes de Paro. En horas de la noche hubo una reunión 'sorpresa' que no iba a durar más de dos horas. Las sensaciones en el Comité no eran positivas por, entre otras no contar con la presencia del presidente Duque. Y así se confirmó: en vez de firmar el preacuerdo e instalar la mesa, el Gobierno pidió modificaciones al texto.
"Durante esta sesión hemos exigido la garantía de los desbloqueos para los colombianos. Dichos bloqueos vulneran los derechos a la movilidad, el trabajo, la alimentación, la salud, el desarrollo económico, social y cultural. Afectan de manera negativa a millones de personas. Dese el 17 de mayo solicitamos al comité tener en cuenta ese aspecto. Para el Gobierno Nacional este punto no es negociable", explicó el consejero para la Estabilización, Emilio Archila.
En respuesta, el excongresista Alirio Uribe consideró que "es muy lamentable que en medio de esta crisis, el Gobierno nos cite para decirnos que tiene objeciones al documento que acordamos, pero no entrega ningún documento sobre estas. Y sí nos cita nuevamente el domingo. Es un poco la consecuencia de negociar con alguien que, prácticamente, ya no estaba en el Gobierno. Total, lo que quieren es dilatar para no iniciar una negociación del pliego de emergencia".
La firma del preacuerdo se aleja cuando más cercana parecía. Con ella, la posibilidad de instalar la mesa de concertación también deberá seguir esperando. La próxima reunión se realizará el 30 de mayo, en horas de la mañana. Allí se espera que las partes encuentren consensos sobre las nuevas consideraciones planteadas. De lo contrario, el levantamiento de las protestas será cada vez más tardío.