¿Dieta con papa? Sí es posible: razones para consumirla
La papa tiene una 'mala reputación' en las dietas, pero acá podrá conocer los beneficios que trae consumir este alimento.
A pesar de ser un alimento básico de la dieta de muchos pueblos, a la papa se le ha dado una mala reputación de "no saludable" los últimos años. Pero hoy te contamos algunas de las razones por las que deberías mantener este tubérculo en tu dieta.
Si bien son alimentos que a menudo deben ser evitados por quienes desean bajar de peso, las papas en realidad no son altamente calóricas. Una papa hervida tiene alrededor de unas 130 calorías, es decir, menos que un plátano del mismo tamaño.
Lo que puede convertir una papa en una bomba calórica es la manera cómo se prepara y con qué se acompaña. Hervir o cocer al vapor es la mejor manera de mantener este alimento bajo en calorías. Hornearlo aumentará las calorías por gramo, ya que se pierde agua. Hacer puré con las papas las hará significativamente más calóricas, ya que las recetas suelen pedir ingredientes como mantequilla, crema o huevos. La forma menos saludable de comer papas es freírlas, ya que en este caso absorben grandes cantidades de aceite.
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Fuente de vitamina C
Sea como sea, las patatas contienen muchas vitaminas y otros nutrientes que son importantes para la salud, como la vitamina C, por ejemplo, explica The Conversation.
Si bien las personas suelen asociar la vitamina C con las naranjas y otros frutos cítricos, las papas también son una importante fuente de este nutriente. En promedio, una papa pequeña, de unos 150 gramos, nos proporciona aproximadamente el 15% de la ingesta diaria recomendada de esta vitamina.
Además de apoyar la función inmunológica y contener antioxidantes, la vitamina C también desempeña un papel esencial en la formación del tejido conectivo que, entre otras cosas, ayuda en el buen funcionamiento de nuestras articulaciones.
Rica en nutrientes
Las papas también son fuente de otra importante vitamina: la B6. Este nutriente ayuda a que más de 100 enzimas del cuerpo funcionen correctamente. En particular, auxilia en la descomposición de las proteínas, un proceso clave en la función nerviosa. Se cree que la vitamina B6 puede colaborar también para el mantenimiento de una buena salud mental. Por lo general, una papa pequeña contiene alrededor de un 25% de la ingesta diaria recomendada de esta vitamina.
Estos alimentos son, además, una importante fuente de potasio, un nutriente importante para el buen funcionamiento de los músculos y nervios. Una papa asada puede acontecer hasta un tercio de la dosis diaria recomendada de potasio. Se sugiere, sin embargo, asar o incluso freír las papas para mantener su contenido de este nutriente, ya que al hervirlas cerca de mitad de su potasio se disuelve en el agua.
Además, las papas contienen los segundos niveles más altos de colina, un nutriente esencial para mantener saludables los nervios, músculos y el cerebro. Una papa asada puede contener hasta 10% de la colina que necesitamos a diario para la buena salud del organismo. Este nutriente es particularmente importante durante el embarazo, pues ayuda al bebé en crecimiento a producir las células que necesita.
Naturalmente sin gluten
Las papas son alimentos naturalmente libres de gluten, por lo que son una excelente opción para las personas que padecen enfermedad celíaca o que necesitan evitar esas proteínas.
Este es el caso también de las papas dulces, las cuales, además, tienen un índice glucémico más bajo. Esto significa que no provocan un aumento brusco del azúcar en la sangre, lo que puede ayudar a controlar el peso y el apetito. Sin embargo, son ligeramente más calóricas que las papas comunes.
Benéfica para el estómago
Cocinar las papas y dejar que se enfríen posibilita la formación del almidón resistente, un tipo de almidón que ayuda a nuestro cuerpo de muchas maneras, incluso actuando como prebiótico y manteniendo saludable el microbioma intestinal.
Aunque más difícil de digerir, el almidón resistente es fermentado por las bacterias, lo que produce compuestos llamados ácidos grasos de cadena corta. Estos ácidos grasos volátiles nutren nuestro intestino y lo mantienen saludable.