Antes del estruendo
Las cacerolas hoy suenan melodiosas, pero pueden convertirse en un estruendo de no atenderse sus mensajes a tiempo.
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(AFP)
Qué decir cuando se me atraganta este sentimiento en la garganta y en la cabeza todas las reflexiones y creencias se enredan en una telaraña.
Cuando se defiende el derecho a la marcha y se ilumina el camino que abren en la mañana ríos de hombres y mujeres de todas las edades reclamando los derechos que nos hablan de conquistas alcanzadas, pero a medida que avanza la tarde los vándalos, martillo en mano, revientan los vidrios de las estaciones de transporte público en las que posiblemente sus madres se desplazan cada mañana a trabajar para alimentarlos y educarlos.
Qué decir cuando cualquier opinión... (Léalo completo la columna en este link)