La <strong>sublevación de la Policía en gran parte de Bolivia</strong> desató este viernes la peor crisis en los más de trece años de Evo Morales en el poder, dejando al mandatario cada vez más acorralado<strong> frente a los intentos para que renuncie.</strong><em><strong>Lea también: <a title="Policías se amotinan contra Evo Morales en Bolivia" href="http://caracol.com.co/radio/2019/11/09/internacional/1573264865_274248.html">Policías se amotinan contra Evo Morales en Bolivia</a></strong></em>La Policía Boliviana pasó de estar cuestionada por no actuar ante la convulsión por la que atraviesa el país tras las elecciones del 20 de octubre,<strong> a ponerse al lado del pueblo como le rogaba buena parte de la sociedad boliviana.</strong>El Gobierno de Morales asegura que<strong> los militares tienen orden de no intervenir en este momento</strong> y reitera sus denuncias de que se trata de un intento de golpe de Estado desde la oposición y los comités cívicos, que <strong>quieran acabar con el mandatario con más tiempo en el poder en la historia de Bolivia.</strong>Una unidad de intervenciones especiales<strong> fue la primera a media tarde hora local en amotinarse en Cochabamba</strong>, una ciudad del centro del país que en los últimos días sufrió especialmente la ola de violencia desencadenada tras las elecciones, con <strong>un muerto y cerca de cien heridos.</strong>Le siguieron Sucre, la capital constitucional del país, <strong>Santa Cruz</strong>, la mayor ciudad boliviana, y<strong> la mayoría de las regiones</strong>, desde la zona andina a la amazónica.En la Paz, sede del Gobierno y donde está el mando de la Policía Boliviana, <strong>no hubo carteles en las comisarías con la palabra "motín" como en otras partes del país,</strong> pero grupos de policías marcharon por las calles hacia sus cuarteles rodeados de manifestantes que les jaleaban.Era la primera noche desde hace tres días que <strong>no hubo choques entre manifestantes y policías junto a la sede del Ejecutivo.</strong>El ministro de Defensa, <strong>Javier Zavaleta,</strong> fue el primer miembro del Gobierno en comparecer, ya entrada la noche, para <strong>intentar tranquilizar a la población asegurando que no se iba a sacar a los militares a las calles.</strong>El presidente del país es a la vez el jefe supremo del Ejército y <strong>por momentos hubo el temor de que movilizara a las Fuerzas Armadas.</strong>Morales horas después envió un par de mensajes en Twitter para<strong> llamar a los bolivianos a defender la democracia</strong>, reiterando sus denuncias de un intento de golpe de Estado, algo de lo que lleva <strong>alertando desde que al día siguiente de la votación la oposición le acusó de fraude.</strong>"Nuestra democracia está en riesgo por el golpe de Estado que<strong> han puesto en marcha grupos violentos que atentan contra el orden constitucional</strong>", escribió en la red social.<strong>Culpar a la derecha opositora de golpe de Estado es algo recurrente por parte de Morales desde que llegó al poder en 2006</strong> y le surgen crisis de alcance, como la que tuvo que encarar en 2008 por una corriente autonomista en el oriente del país.La crisis de entonces <strong>involucró a una parte de Bolivia y fue superada,</strong> ahora se extiende por el conjunto del país sin que se vea una salida al menos a corto plazo.Miles de bolivianos a lo largo del país <strong>se concentraron frente a comisarías policiales y cuarteles militares.</strong>Al grito de <strong>"policía, amigo, el pueblo está contigo"</strong>, se pusieron al lado de los amotinados e invitaron sin éxito a los militares a unirse también.El líder cívico <strong>Luis Fernando Camacho,</strong> erigido en la voz de la oposición en detrimento del expresidente Carlos Mesa, había llamado a la movilización pacífica frente a comisarías y cuarteles.Las concentraciones fueron pacíficas <strong>y solo se reportaron brotes de violencia como unos ataques en Cochabamba</strong> a una sede del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales, sin que hubiera constancia de víctimas.Varias columnas de detractores del mandatario <strong>se dirigen desde distintas partes de Bolivia hacia La Paz,</strong> donde se espera que se unan este sábado a los comités cívicos aglutinados en torno a Camacho para intentar <strong>el derrocamiento de Evo Morales.</strong>Las marchas se esperan multitudinarias, en <strong>una nueva jornada de protestas en la crisis que arrastra el país</strong> desde que la cita con las urnas desembocada en la proclamación de Morales como vencedor para su cuarto mandato consecutivo por parte de un órgano electoral al que<strong> la oposición acusa de haber manipulado el recuento de votos.</strong>