Economía

María Claudia Lacouture

Un llamado a la sensatez

Estos son sólo algunos de los beneficios de las normas de la Ley, que de quedar derogada, se perderían. Por eso hoy el llamado es a la sensatez.

Un llamado a la sensatez

Un llamado a la sensatez / María Claudia Lacouture

La decisión de la Corte Constitucional de declarar inexequible la Ley de Financiamiento, y el escaso tiempo dado para que esta norma quede sin vigencia, impone un llamado a la sensatez para que el Ejecutivo y el Legislativo redacten la nueva versión de manera correcta y hagan el trámite rápido y adecuado sin disputas políticas egoístas o intereses partidistas que puedan dejar en un peligroso limbo la institucionalidad económica del país.

Este es un aspecto clave pues conviene recordar que los magistrados de la Corte declararon la inexequibilidad por errores en el trámite del proyecto de ley, más no por asuntos relacionados con las medidas establecidas en la Ley.

Tal como lo señaló el presidente Iván Duque, este año la Ley ha facilitado logros importantes para la economía colombiana, como un mayor recaudo en impuestos, creciendo en más del 10% frente a años anteriores y con el mejor desempeño desde 2014, ha impulsado la formalización empresarial con un sistema tributario más sencillo, ha otorgado incentivos interesantes para el turismo, las industrias creativas y la normalización de activos de los contribuyentes.

Además, como lo hemos resaltado también desde la Cámara de Comercio Colombo Americana, AmCham Colombia, ha sido elemento clave para los inversionistas internacionales. Tan solo en el primer semestre la llegada de capital extranjero al país aumentó en 24%, en comparación con el primer semestre del año pasado – según los datos del Banco de la República- siendo Estados Unidos el principal inversionista extranjero en el país. La inversión genera transferencia de conocimiento, buenas prácticas y contribuye a la generación y formalización de empleo.

Estos son sólo algunos de los beneficios de las normas de la Ley, que de quedar derogada, se perderían. Por eso hoy el llamado es a la sensatez. Es momento para que hagamos un trabajo de Estado en bien de la economía nacional y como apuesta al futuro. Una vez se radique el articulado del nuevo proyecto, tarea a cargo del Ministerio de Hacienda, se requiere de un trabajo en equipo y coordinado para que el nuevo trámite sea expedito y apegado a lo aprobado en diciembre del año pasado.

En medio de los análisis juiciosos que se han hecho en las últimas horas, algunos han advertido sobre el riesgo de que al nuevo proyecto se le cuelguen arandelas diferentes con lo cual se pueda desvirtuar el propósito de la iniciativa y/o profundicen la discusión – que siempre es bienvenida – abriendo la posibilidad de que la nueva ley no pueda quedar aprobada antes del 16 de diciembre próximo, fecha en la que terminan las sesiones ordinarias del Congreso de la República.

Un trámite expedito de la ley enviará el mensaje que necesita la comunidad empresarial nacional e internacional para seguir confiando en Colombia, reafirmando el buen manejo macroeconómico del país, y que ha sido una de las mejores cartas de presentación en el exterior.

Reiteramos, desde el sector empresarial, el voto de confianza para superar este escollo rápidamente e impedir que desfallezca el interés por Colombia, cuyo desempeño económico ha resaltado este año en comparación con economías de la región.

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