Rafael Rocha: “Empresa electoral de Aída Merlano la lideraba Julio Gerlein”

La Sala de Juzgamiento de la Corte Suprema de Justicia avanza en el juicio de la exrepresentante a la Cámara, Aída Merlano, acusada de compra de votos. Hoy se recogió el testimonio de Rafael Rocha, un comerciante que terminó metido en la campaña y que aseguró que nunca pensó el problema que terminaría siento, pues se sentía tranquilo de estar trabajando con los dos poderosos de la costa: el Clan Gerlein y el Clan Char.

Según contó, tenían una “empresa electoral” dedicada a la compra de votos, y su organigrama era así: “La cabeza de la estructura es el señor Julio Gerlein, después venía Aída Merlano, después venía Edwin Martínez Sabas, después el señor papá de los hijos de Aída que trabajaba como tesorero, José Manzanera. Los demás eran oficinistas”.

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Su trabajo, explicó, era el de coordinador que consistía en conseguir votos en 7 municipios del departamento y empezó a vincularse a la campaña cuando ya se había decidido que Roberto Gerlein no podía seguir en el Senado y que su reemplazo debía ser Merlano en consecuencia el hermano del exsenador, Julio Gerlein la terminó ayudando y le consiguió fórmula en Cambio Radical.

“Pero Aída no tenía fórmula para la Cámara de Representantes, hicieron ciertos con el Clan Char y el Clan Gerlein, hicieron ciertos preámbulos para dicha reunión y presentaron a Lilibeth Llinás como la fórmula de Aída Merlano por el partido Cambio Radical y quien la apoyaba iba a ser el senador Arturo Char”, contó.

Explicó que Julio Gerlein le entregaba dinero al jefe de campaña y Manzanera y utilizaban a otras personas para reclamar cheques: “Muchas veces que yo vi, el señor Julio, él mandaba cheques y cogían a los chicos que trabajaban en sistemas que eran 20 -los iban cambiando-, sin saber lo que estaban haciendo prestaban sus nombres para ir a reclamar cheques de 60, 70 millones de pesos”.

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Negó, eso sí, que como lo ha dicho la Fiscalía se retuvieran cédulas, pues siempre se entregaban era fotocopias de los documentos, y esa era la labor de los líderes, que dirigían los coordinadores.

Le dijo a la Corte también, que las armas eran normales, pues la excandidata al Congreso tenía amenazas de muerte y temía por su seguridad.

El testigo insistió, desde Miami, pues rindió su testimonio por videoconferencia que recibió amenazas después de cobrar una plata que le quedaron debiendo de la campaña, y afirmó que siente que el Fiscal Néstor Humberto Martínez le está dilatando el principio de oportunidad que tanto ha buscado.