El “ingenio” carcelario
Caracol Radio encontró las formas más curiosas, creativas y hasta torpes que usan delincuentes para meter elementos prohibidos a las cárceles.
“Con las uñas” dicen los guardianes del Inpec, hacen todo lo posible por detectar las “mañas” de visitantes e internos en las cárceles para esconder elementos prohibidos en los penales.
Tras indagar Caracol Radio logró identificar que los delincuentes y quienes los apoyan en ese propósito acuden a ropa, animales, alimentos y hasta el propio cuerpo para burlar la vigilancia.
Modalidades
Las caletas en artesanías, en zapatos y recipientes de alimentos resultan ser la forma más común para ocultar elementos que al interior de la cárcel se convierte en un lujo.
Pero quienes se arriesgan a meter esos elementos usan hasta su propio cuerpo para hacerle el quite al Inpec. Especialmente las mujeres acuden a sus partes íntimas para introducir objetos como celulares o droga, el objetivo es sobrepasar las requisas de la Guardia.
También desde las periferias de las cárceles los delincuentes se atreven a lanzar envases y hasta animales con los elementos prohibidos como licores o celulares. Hasta con drones los traficantes hacen llegar a los internos la droga que triplica su valor en el penal.
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Las “mulas”
Quienes se arriesgan a burlarse de la guardia del Inpec generalmente son personas con algún tipo de experiencia en el crimen. Mujeres, hombres y hasta menores que conocen la dinámica de una cárcel y cuál es el mejor momento para hacer la fila.
También acuden adultos mayores que tratan de ganar la complacencia de la Guardia para evitar requisas más estrictas, incluso hasta personas con algún tipo de discapacidad, o que la simulan, para usarla como excusa para evitar los controles.
El problema para estas personas, cuando se trata de ingresar droga a las cárceles es que terminan judicializadas por tráfico de estupefacientes y en las cárceles a las que iban de visita.
“Malicia indígena”
La Guardia del Inpec todos los días, en especial en visitas los fines de semana, descubre nuevas modalidades que tienen por objeto engañarlos. Los funcionarios se anticipan a los delincuentes gracias a su experiencia, aunque reconocen que su trabajo sería más efectivo con más apoyo estatal.
Dicen los funcionarios que cumplen su función con dedicación, pero “con las uñas” porque carecen de equipos de detección, de personal y apoyo institucional que seguramente potenciaría su actividad de vigilancia.
Aun con las dificultades, los hallazgos y muchos de los objetivos en los operativos de registro y control se cumplen con éxito.
