El Hotel Las Islas, un sueño ambientalmente responsable, en Barú
Su entrada en funcionamiento se produjo después de un convenio con la comunidad.
Un condominio con 55 cabañas, algunas a la orilla del mar y otras con privilegiada vista, porque están elevadas en las copas de árboles centenarios, promete convertirse en uno de los destinos más importantes en Colombia y es el emprendimiento más notable este año de la industria turística.
Se trata del Hotel Las Islas, en Barú, cerca de Cartagena, propiedad del Grupo Aviatur.
Cada cabaña fue hecha para recibir a solo dos personas y su construcción respetó totalmente la naturaleza, pues la exigencia de los propietarios, respetada por los diseñadores, fue que no se tumbara un solo árbol.
“Además, su entrada en funcionamiento se produjo después de un convenio con la comunidad, para que el 95% de las personas que trabajan en el complejo turístico, sean nacidos y residentes en Barú”, según informó Darío Arizmendi en 6 AM Hoy por Hoy.
Destacó de ello que: “Las personas de esta zona son muy pobres, han vivido toda la vida de la pesca, por eso Aviatur ha puesto profesores a que les enseñen gastronomía, servicio al cliente, administración turística, entre otras responsabilidades”.
“Le pedimos permiso a la comunidad para que nos permitiera construir el hotel”: Bessudo
Jean Claude Bessudo, presidente de Aviatur y principal impulsor del Hotel Las Islas, habló sobre esta gran apuesta turística con la directora del Servicio Informativo de Caracol Radio, Diana Calderón. Le contó detalles sobre la construcción y puesta en marcha del proyecto.
“Desde hace 40 años pensamos que cuando lográramos poseer todos los terrenos de esa bahía sería un terreno muy interesante para hacer un desarrollo hotelero. Ahora que lo hicimos, construimos, durante dos años y medio, un área total de 8.700 metros cuadrados, usando madera que nos costó cerca de diez millones de dólares y llegando a emplear por épocas hasta 450 personas que trabajaban en simultáneo”.
Acerca del llamativo diseño del hotel, dijo que se inspiraron “en diseños del arquitecto Fernando Samper, quién hizo los ecohabs del Parque Tayrona en 1986. Hubo proyectos preliminares del arquitecto Alberto Burckhardt y del arquitecto Alberto Montes, y el diseño definitivo fue del departamento de arquitectura de Aviatur, liderado por Mauricio Cely”.
“Fue una inversión cercana a los 55 millones de dólares: 35 millones se gastaron en construcción y 20 millones en la adquisición de los terrenos”, dijo Bessudo.
Un aspecto de mayor importancia es, no solo el respeto ecológico, sino el aporte ecológico que hace el hotel: “Producimos diariamente 150 metros cúbicos de agua dulce, a través de tres plantas de desalinización. Esa agua alcanza para los usos domésticos, de riego, duchas para los huéspedes, piscina del Club House y jacuzzis. Las piscinas de los bungalow se previeron con agua salada, lo que ecológico y además da una experiencia adicional muy agradable. Los sanitarios tratamos de adaptarlos a los requerimientos de higiene de varios tipos de clientela, porque tendremos clientes del medio y del lejano oriente”.
El presidente de Aviatur le da especial importancia a la relación que han establecido con la comunidad a la que, por ejemplo, le han donado el terreno para instalar otra planta desalinizadora, dada por Acuacar.
Además: “La doctora María Carolina Díaz, la médica general del hotel, ayuda en labores de salud para el pueblo de Barú. Se efectuó una consulta previa con la comunidad para tener el permiso de construir el hotel y también para obtener por parte de las autoridades la concesión de playas y espejo de agua. En el lote de 7 hectáreas para que Acuacar coloque la planta, la Policía también podrá poner el puesto de seguridad principal para toda la isla. Además se dictan cursos de inglés abiertos a todo el pueblo y tratamos, obviamente, de consumir al máximo los productos locales, especialmente la pesca”.
Aviatur ha hecho presencia desde hace mas de 25 años en Barú con otros proyectos, entre otros un taller de pareos, brigadas de salud, talleres culturales con la Fundación Batuta, conservación y la reconstrucción de la barrera de coral con Conservacion Internacional, proyecto liderado por Sandra Bessudo.
Para garantizar la seguridad y la comodidad de los huéspedes, Bessudo contó que “la Dimar, Parques Nacionales y el Consejo Comunitario permitieron la colocación de boyas frente a las playas, para evitar accidentes con lanchas que quisieren entrar en esa área. El hotel, por su parte, tiene un acceso marítimo y un acceso terrestre hacia el pueblo de Barú. Se puede llegar en lancha privada o en helicóptero, mediante el servicio prestado por la empresa SADI. También se podrá llegar por vía terrestre, a partir de octubre próximo, cuando terminen de arreglar el sector de playeta”.
La mayoría de trabajadores son de Barú
El gerente de operaciones del Hotel Las Islas, José Feliciano Caraballo, explicó que tienen contratadas a 92 personas, de las cuales 78 son de Barú y que están en un proceso de selección de otros 35 pobladores, para una planta total de 127 trabajadores.
“Se contratan mediante el proceso de selección habitual de Aviatur, el cual incluye pruebas de sicología, sicomotrices, analíticas, y de polígrafo, para detectar temas de seguridad y honestidad. Además la empresa se ocupa de toda la capacitación, con apoyo del Sena y, en temas de hotelería de lujo, de ‘The Leading Hotels of the World’.
Caraballo dio más detalles sobre la costosa inversión en madera, de la siguiente manera:
Para los caminos: sapin, por la resistencia.
Para los bungalows: Teca
Para los pilotes de las casas elevadas: pino inmunizado de Canadá, de 8 metros de altura.
Toda la madera recibió tratamientos de inmunización contra termitas y es apta para el ambiente húmedo, cálido y tropical del lugar.
“Nuestra mano de obra es local, nuestros productos son frescos y tenemos las mejores herramientas”
Como en pocos proyectos hoteleros, la oferta gastronómica en vital en el Hotel Las Islas, dada la inmersión que hacen los huéspedes, alejándose de cualquier zona urbana.
El responsable de esa oferta, como chef ejecutivo es Andrés Felipe Cano. A él lo entrevistó la directora del Servicio Informativo de Caracol Radio, Diana Calderón, para que explicara los secretos de su cocina.
- ¿Cómo llegó al hotel Las Islas?
Llego después de desempeñarme durante los últimos siete años como chef profesional en ciudades como Medellín, Cartagena, Buenos Aires, Cancún y Nueva York. Además cuento con experiencia hotelera. El año pasado me hablaron del proyecto y me gustó. De ahí pasé a la entrevista y a todo el proceso con el Señor Bessudo.
- ¿Cuál es el concepto de gastronomía que ofrece?
El hotel cuenta con tres restaurantes, cinco bares, y un café y heladería. Estos diversos ambientes nos dan la posibilidad de ofrecer una gastronomía diversa. En Las Islas se puede disfrutar de un desayuno con fritos típicos de la región, opciones tradicionales como huevos, frutas, y jugos frescos, gastronomía con raíces francesas (contamos con un horno de leña en playa, típica de Niza), pesca fresca, comida mediterránea y cortes de carne.
- ¿Cómo tiene la posibilidad de conseguir todos los productos y cómo los mantiene frescos?
La pesca nos llega fresca todos los días. Nuestros proveedores son de Barú y nos ofrecen los mejores frutos de mar. En cuanto al resto del mercado, lo compramos en Cartagena y llega vía terrestre al hotel. Es posible mantener todo fresco por la planta de procesos en cual se porciona y empaca al vacío; se guarda en cuartos fríos, donde los alimentos no tienen ninguna contaminación cruzada.
- ¿Cuál es la diferencia que distingue el Hotel Las Islas de otras opciones gastronómicas?
Nuestra mano de obra es local, nuestros productos siempre son frescos y de la mejor calidad y contamos con las mejores herramientas de cocina.
- ¿Qué pasa con las personas que son veganas o metidas muy en el mundo del medio ambiente?
Tenemos una huerta que ofrece productos frescos, sin fumigación, naturales, que nos permiten ofrecer opciones veganas saludables.
- ¿Cuántas personas tiene en su cocina?
El departamento de Alimentos y Bebidas en el hotel cuenta con 73 personas. Esto incluye sous chefs, panadero y repostero, cocineros, mesa y bar y stewards.
- ¿Cómo escoge a las personas con que trabaja?
El hotel está comprometido con crear empleos para la comunidad local de Barú. En la cocina recibo a personas que demuestran las ganas de estar ahí, desean seguir aprendiendo y aportan su conocimiento de la gastronomía local, tan valiosa a esta operación tan grande. En el sitio llamado Isleta teníamos hace varios años, todo un personal de meseros y excelentes cocineras de Barú que nos atendían los eventos. Esas personas y esa formación previa me ayudan mucho en la cocina. Y a partir del primero de julio queremos dictar clases de cocina gratis todos los días para los huéspedes interesados.
- ¿Cuál es su concepto de servicio?
El buen servicio se enfoca en los detalles. Como me dice el Señor Bessudo: “En la sencillez, está la elegancia”.