En Barranquilla Oficina del Trabajo recibió 64 denuncias por supuesto acoso laboral
La entidad aclaró que no en todos los casos se tipifica esa conducta por parte del empleador señalado.
Solo en tres de los casos denunciados hubo lugar a sanciones a empresas señaladas por sus trabajadores de acoso laboral.
De acuerdo con la coordinadora del área de resolución de conflictos y conciliación, Yadira Jiménez, no todos los casos recibidos por la Oficina del Trabajo cumplen los requisitos que contempla la Ley 1010 de 2006 para tal tipificación.
Explicó que, de acuerdo con la norma, son los comités de convivencia de las empresas los que deben hacer el procedimiento señalado y tras esa evaluación se decide o no llevar los casos a los tribunales.
En tal sentido, el año pasado solo tres empresas fueron sancionadas por los jueces de la República, que son los competentes para establecer si se tipifica la conducta y aplicar las sanciones que por lo general son multas en dinero en efectivo que van a las arcas del ministerio de Hacienda Pública
En lo que va corrido de 2016 se han recibido 5 denuncias en dicho despacho.
Explicó la funcionaria que los casos son por igual tanto en hombre como en mujeres y que, en caso del ministerio, solo se reciben de empresas del sector privado.
Por su parte, el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores del Atlántico, aseguró que constantemente se recibe quejas por acoso laboral y sexual.
Según el dirigente estos casos se dan casi en un 90% de la población formalmente empleada. En el sector publico este flagelo ocupa un 80% según denuncias que recibe la CUT, sobre todo en casos en los que la contratación se da por prestación de servicios; “En este sector es completamente común el hecho de cambiar un contrato por votos o por sexo, los trabajadores se mantienen presionados o constreñidos por su color político”, explicó.
Indicó que en el sector privado este fenómeno también tiene una prevalencia importante, sobre todo en sectores de economía flotante, donde también sobresale la contratación por prestación de servicios.
“Es el caso de las mercaderistas e impulsadoras en los supermercados, textileras y empresas de confecciones, donde se satura al trabajador en responsabilidades, horarios insensibles, presiones y malos tratos. Y por supuesto, el acoso sexual”, explicó.
