Buscando risas en medio del drama fronterizo
Un grupo de payasos trabaja en los albergues para distraer a los niños de su condición de desplazamiento.
Una cara alegre en la frontera
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Payasos en la frontera intentan alegrar a los niños.
Norte de Santander
‘Torombolo’ es el encargado de que a 90 niños se les olvide el drama que vivieron la semana pasada cuando en medio de la noche la guardia venezolana los expulsó de su casa y los obligó a dormir en un puesto de migración para luego llevarlos en un bus al puente internacional Simón Bolívar.
Maquillado y vestido de colores de pies a cabeza deambula por los albergues entre los voluntarios de la defensa civil, la Cruz Roja, la Policía, el Ejército, cantando y regalando juguetes, sacando risas, entendiendo que un poco de recreación resulta más beneficiosa que cualquier ayuda humanitaria.
En público no para de gritar y sonreír, pero confiesa que cuando tiene que ir al baño llora, al escuchar las historias que estos pequeños repiten todos los días y cuentan entre ellos.
“El mundo de ellos es muy bonito, ellos no saben quién es Maduro o qué significa que los deportaron. Hablan de eso como si se tratara de un juego de niños y eso conmueve. Esta sonrisa es pintada porque aquí la tristeza es enorme”, añade mientras regala pimpones y carros de juguete al niño que mejor imite el cacareo de una gallina.
Ahora es el mejor amigo de los niños que visita a diario y tiene planeado hacer una colecta de juguetes, tortas y globos para hacer una piñata gigante el próximo fin de semana celebrando el regreso de estos pequeños a su país de origen.