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El boicot a Israel

A algunos presidentes de grandes corporaciones se les puede aplicar el adagio suben como palmas y caen como cocos".

El boicot a Israel

El presidente de Orange, el gigante francés de las telecomunicaciones, Stéphane Richard, aprendió una lección de humildad tras sus infortunadas declaraciones hace pocos días en  El Cairo en las que manifestó:  “Si pudiera me iba de Israel mañana mismo”, dando a entender que apoyaba el boicot al Estado judío

Pocos días  bastaron  para  que el señor Richard  reculara  y  viajara a Israel a  pedir disculpas personales al primer ministro y al pueblo  de Israel ante   la tormenta que desató  su diatriba, la posibilidad de una pérdida masiva de suscriptores y  una desautorización por parte de su  jefe, el presidente galo Francois Holland.En los últimos años ha aparecido en el panorama internacional una virulenta campaña que  romueve  el boicot a Israel, conocida como BDS,  sigla de  Boicot, Desinversión y Sanciones.  Su objetivo es hacer que empresas retiren sus inversiones de Israel, que  organismos internacionales sancionen  o suspendan al Estado Judío y que artistas, académicos, científicos, deportistas  y otros boicoteen a  Israel o se abstengan de cualquier contacto con   instituciones  o ciudadanos  israelíes

El  BDS se inspira en una ideología de odio, profundamente antisemita, cuyo objetivo no es  lograr una solución pacífica al conflicto palestino-israelí o mejorar la  situación del pueblo palestino. BDS  culpa a Israel  como único responsable del conflicto, ignorando  convenientemente  el terrorismo de Hamas y otras organizaciones  cuyo único objetivo ha sido y es la destrucción del  Israel.  Varios de los  más visibles  defensores  de BDS propenden   simple y llanamente  por  la desaparición del Estado Judío.       La campaña de BDS ha sido denunciada  incluso por personalidades  altamente  críticas de Israel, incluidos palestinos,  por  contraproducente y  por contener un claro dejo antisemita. No es  extraño encontrarse  en la propaganda  de organizaciones que promueven el  BDS, negación del Holocausto y  expresiones del antisemitismo clásico extraídas   de  “Los protocolos de los sabios de Sion”. La campaña de BDS  trae a la memoria  el boicot a los negocios judíos  impuestos  en la Alemania Nazi

En las manifestaciones y plantones que  realizan  los  activistas del movimiento BDS,  en universidades especialmente,   a muchos   se les  nota  “la sangre en los ojos”, producto de la visceral hostilidad  que sienten hacia todo lo judío, comenzando por el Estado Judío.  De igual manera, el panfletario  lenguaje utilizado por los   cabecillas  del movimiento  cuando se dirigen a artistas o académicos que van a presentarse en Israel   destila odio  puro,  además de las múltiples falsedades,  tergiversaciones  y en ocasiones amenazas veladas   que acompañan sus misivas.  Cuando empresas no siguen sus dictados,  recurren a la violencia como ha ocurrido  en algunos  supermercados donde militantes de BDS   destruyen productos “Made in Israel”.   Basta leer  los comentarios y comunicados de  BDS motivados por  la  próxima  presentación  de Juanes en un megaconcierto en  Israel a finales del presente mes de  Junio,  para  entender que el odio  es el único motivante de esa campaña

De manera alguna se puede entender la campaña de  BDS como una que promueve la  solidaridad con el pueblo palestino  o una solución justa al conflicto con Israel

Magros  han sido  hasta ahora sus  logros,  más allá de uno que otro artista que ha  tomado la decisión de no  presentarse en  Israel o de organizaciones  sin mayor  relevancia que  han  anunciado su apoyo a la iniciativa. Cuando la Asociación de Estudios Americanos - agrupación de universidades  que ofrecen  programas sobre  Estados Unidos- votó por escaso margen su adhesión  al BDS, inmediatamente las más prestigiosas universidades  de ese país  denunciaron el boicot como un acto abiertamente discriminatorio y varias renunciaron a su membresía.   En el último congreso de la FIFA, el intento de la Asociación de Fútbol de Palestina por  expulsar a Israel  fracasó estruendosamente por falta de apoyo.   El traslado de la planta  de producción de  la Fábrica “Soda Stream”, cuya imagen es la connotada actriz Scarlett Johansson,  de Cisjordania al desierto del Negev   por presiones de BDS,  afectó  únicamente a centenares de    trabajadores palestinos  que perdieron  sus empleos

BDS ha atraído  a simpatizantes legítimos de la causa palestina, incluyendo  judíos y ciudadanos israelíes  que bogan por la solución de dos Estados, que desean acabar con la ocupación de Cisjordania y   ver una Palestina libre e independiente  al lado de Israel. Estos apoyan una causa justa por el camino equivocado,   pues nada de eso traerá el boicot.  Mucho más efectivo sería  que presionaran a los líderes de Palestina a negociar de buena fe,  a que Fatah y Hamas zanjen sus irreconciliables diferencias a favor de la paz para los dos pueblos y  a que Hamas renuncie al terrorismo y reconozca a Israel. Sólo entonces  surgirá la esperanza de una paz justa para Israel y Palestina. 

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