La otra cara del colegio IPARM que pertenece a la Universidad Nacional

La calidad de la formación que se imparte en el colegio de la Universidad Nacional en Bogotá IPARM, contrasta con el lamentable estado de sus instalaciones, estudiantes, profesores y padres de familia reclaman que los directivos de la universidad que realicen las adecuaciones necesarias para evitar riesgos, aseguran que una tutela ya amparó ese derecho, pero el colegio sigue igual. Josué Sarmiento, profesor del colegio se refirió al tema

 “En este momento tenemos 800 estudiantes, pero es una situación de riesgo bastante alta, hubo una tutela que obliga a la universidad a arreglar estructuralmente las instalaciones, la universidad se conforma con hacer arreglos locativos superficiales, pintura, cambiar la tubería de agua, arreglar un poco las baterías de baño, dar computadores usados de las facultades para allá, eso es lo que hace la universidad”, agregó el docente

 Las grietas y humedad en techos y paredes son muestra del deterioro, cuando llueve la situación se complica, como lo cuentan los estudiantes

  “Techos caídos en medio de la jornada de descanso de un momento a otro un techo se cayó, afortunadamente no había ningún niño ahí cerca, ningún profesor, pues no hubo nadie afectado, peor finalmente las condiciones de la estructura del colegio son, podría decirlo es de los peores edificios que tiene la Nacional”: “Las directivas no se ve que tengan en cuenta al colegio, es por eso que el colegio sufre en su infraestructura porque no llega la universidad”

 Pero los problemas que enfrenta la institución no sólo obedecen a los estructurales, para Juan Sánchez,  profesor de la Universidad Nacional y padre de familia del IPARM, los docentes también están en una preocupante situación laboral, de allí que hoy completan dos semanas de paro

 “Actualmente la administración es absolutamente displicente, el colegio está administrado por Bienestar Universitario de la sede y las condiciones laborales de los profesores son denigrantes, se niegan a clasificarlos como docentes con los derechos y las garantías que debe tener un docente y eso es lo que ellos están reclamando con absoluta justicia”

Frente a la situación Diego Hernández, Vicerrector de la sede Bogotá de la Universidad Nacional, explicó que ya realizaron las labores de mantenimiento de la parte más afectada de la institución y se refirió a la acción de tutela que se refiere al reforzamiento que debe hacer la universidad

 “Dentro de las prioridades que tenemos desde luego que está el colegio IPARM, entonces nosotros ya estamos pidiendo los recursos para hacer todos los diseños, tanto del IPARM, como del resto de edificios, pero los niños deben tener prioridad”

 Hernández dijo que los estudios podrían tardar seis meses y que ya hablaron con la Secretaría de Educación para tener un plan de contingencia mientras se realizan las adecuaciones, sin embargo, la comunidad educativa exige el cumplimiento de la tutela que se ganó en 2012 y mayor atención para el colegio por parte de la universidad.