Opinión

Telescopio en el Muro: Con el mazo dando

Hace un cuarto de siglo miles de alemanes a punta de mazo, pica y martillo, comenzaron a destruir el Muro de Berlín.

Telescopio en el Muro: Con el mazo dando

Impulsados por un inatajable júbilo colectivo y una pasión poco vista en  otros episodios de la historia, hacían caer el principal símbolo de la guerra fría y  con él  se desplomaba el bloque comunista, y la Cortina de Hierro anunciada por Churchill al final de la segunda guerra, se fundía con el calor emanado de millones de ciudadanos que encontraban la libertad

Era el epílogo de una historia que había comenzado en octubre de 1917  en las gélidas  calles de Moscú y San Petersburgo,  cuando unos revolucionarios impulsados por una ideología seductora, derrocaban uno de los más importantes imperios del   planeta  para proclamar el  advenimiento  del comunismo universal

Terminaba oficialmente  la guerra fría,  durante la cual  la geopolítica era sencilla:  los Estados se alienaban con  Estados Unidos o con la Unión Soviética y aquellos que pretendieron por un tiempo no alinearse terminaron succionados  por  Moscú y sus aliados tropicales. Dos años después de la caída del muro  se desintegraba la poderosa  Unión Soviética,  quince nuevos Estados  aparecían en la geografía euroasiática,  más los ocho que  parían la disolución  de  Checoeslovaquia y Yugoslavia,  menos  la República Democrática Alemana  absorbida por su opulenta   madre Patria.  Occidente sellaba su victoria  total sobre el comunismo ruso pero  también lo hacia China, cuyo  régimen  hacia años había roto relaciones con su par  soviético y establecido un sistema que   permitiría  en pocos años el ascenso  de  la República Popular   a gran potencia,   manteniendo  intacto el  gobierno del Partido Comunista y  haciéndole  cada vez más contrapeso a la democracia liberal occidental  como sistema ideal de gobierno

Libre de las ataduras del bipolarismo,  el mundo  se deslizaba  hacia una  nueva era marcada por  una   segmentación regional, devaluación del concepto de soberanía,  crisis  en el modelo del Estado Nación,  aparición de poderosas fuerzas trasnacionales  legales e ilegales,  ascenso primero y caída después de  aceptados estándares globales  de gobernanza,  la emergencia de  nuevas potencias que  con la excepción de China se han quedado a medio camino,  la reafirmación de Alemania como  el gran poder  en el viejo continente,  la globalización económica  de la mano de la economía de mercado  que ha generado  tanto  riqueza  como  desigualdad social,   el resurgimiento de la Religión en los asuntos del Estado y  las Relaciones Internacionales,  la  cada vez menor  credibilidad   de  los gobiernos,   el  renovado envalentonamiento  de los pueblos en las calles y plazas, el   enfrentamiento  entre las megaciudades y  los Estados que las albergan,  el empoderamiento de nuevos   sectores  de  las poblaciones que ponen en jaque a las elites tradicionales, el neo-zarismo ruso  y el terrorismo sin fronteras de Al Qaeda y sus múltiples  herederos.    Sobreviven Fidel  y la dinastía Kim

La caída del Muro desató una  avalancha geopolítica  que aún no se ha asentado.

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